Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Lejos

VISITAS Llegaron los vikingos

Los vikingos Nunca había pasado por estos pagos ni el recuerdo de gente de otro lado, de pronto vinieron esos rubios que nos enseñaron las señales Los vikingos llegaron un buen día cuando estábamos tranquilos, en nuestras cosas, sin esperarlos a ellos ni a nadie, porque por aquí jamás había pasado ni el recuerdo de gente de otro lado. Traían chafalonías que les cambiamos por cacharritos de barro, llaveritos, recuerdos para la familia, esas cosas. Preguntaron si teníamos oro, plata, piedras preciosas: les respondimos que aquí en Santiago se conocían de mentas, pero nunca habíamos tenido y, de última, para qué, si no teníamos a quién venderlo ni fiestas para usar esas cosas. Dijeron que se quedarían un tiempo y luego seguirían viaje. Averiguamos si traían algo para enseñarnos, dijeron que lo único que podríamos aprender de ellos era un sistema para poner señales en los caminos. Nos hicieron entender primero qué eran caminos, porque no conocíamos. Luego tallaron un pie enorme en una pied

CUENTO Quién mató al viejo Antonio

Imagen de ilustración nomás Un asesinato conmueve a la gente de un pueblo chico, hay mucha curiosidad por volver a ver a los hijos, que se marcharon hace muchos años Alguien mató al viejo Antonio de una certera cuchillada en el corazón, asestada con toda la furia. Fue una fría tarde de julio, justo el día en que el Estrella del Norte pasó por última vez por la estación. No faltaron los que calculaban que quizás el asesino ya andaba lejos, huyendo en ese tren, a la hora en que apareció el cadáver. “El matador se fue tranquilo porque sabía que no lo descubrirían”, dijeron los vecinos. Las malas lenguas también opinaron que la policía no haría mucho por descubrir al autor del crimen porque el muerto había sido mala persona. Recordaron la vez que Sofanor Jiménez, el agente de policía, un pan de Dios y uno de los vecinos más caracterizados, fue a venderle una rifa y lo sacó carpiendo: —¡Qué me vienen con sorteos ni qué niños envueltos! —dicen que dicen que le gritó desde la puerta, cuando s

ORDEN Grandes, chicos y principios

Las gallinas por dormir, imagen tomada por Jorge Emir Llugdar Después de comer, los chicos íbamos a jugar, a bañarnos en la represa, hondear bumbunas, jugar a las escondidas, pero lejos de la casa Cuando llegábamos de visita a una casa, si era cerca del mediodía, siempre nos hacían quedar a comer. En el pago, todavía hoy queda mal que usted esté de visita cerca del mediodía, le pidan pasar a la mesa y diga que no. Cuando íbamos con mi padre a lo de unos parientes, una vez al año, siempre nos convidaban. Cualquier parte era lejos para ir, si usted decía que no, en realidad estaba indicando que prefería volver con hambre antes que almorzar ahí, todo un desprecio. No le voy a decir si está bien o está mal, pero en esas ocasiones comíamos sólo los varones en una mesa, desde chicos de primer grado hasta el viejo la casa. Las mujeres almorzaban allá, en otra parte. El primer plato era una carne asada, generalmente cabrito o costillas de animal vacuno, después venía la sopa bien puchereada, e