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Mostrando las entradas etiquetadas como Guiso

HISTORIA Los taper

Amas de casa con taper Son recipientes que guardan el corazón de las mujeres cuando alimentan a sus hijos, complacen al marido, sorprenden a las visitas y tapan la boca a la suegra Los taper son toda una historia en las casas. El que trajo la tía y se olvidó y nunca reclamó y ahora sirve para poner la sopa, o el guiso que sobra, o para llevar los sanguches al parque, o quedar amontonado con los demás, esperando que alguien lo use nuevamente. El que le falta la tapa, el que siempre lleva la ensalada y el grande en el que se acomodan las presas de pollo cada vez que hay una reunión en casa. Son los responsables de que el dicho: “Nada se gana, nada se pierde, todo se transforma”, sea una realidad en la economía de las ahorrativas amas de casa santiagueñas. Quizás son de otra marca, pero taper es la más conocida, suena a tapar, cubrir, proteger para que el alimento no se eche a perder. De tal forma que, en muchas casas, se le dice así a todo recipiente capaz de tener en su interior una com

ORDEN Grandes, chicos y principios

Las gallinas por dormir, imagen tomada por Jorge Emir Llugdar Después de comer, los chicos íbamos a jugar, a bañarnos en la represa, hondear bumbunas, jugar a las escondidas, pero lejos de la casa Cuando llegábamos de visita a una casa, si era cerca del mediodía, siempre nos hacían quedar a comer. En el pago, todavía hoy queda mal que usted esté de visita cerca del mediodía, le pidan pasar a la mesa y diga que no. Cuando íbamos con mi padre a lo de unos parientes, una vez al año, siempre nos convidaban. Cualquier parte era lejos para ir, si usted decía que no, en realidad estaba indicando que prefería volver con hambre antes que almorzar ahí, todo un desprecio. No le voy a decir si está bien o está mal, pero en esas ocasiones comíamos sólo los varones en una mesa, desde chicos de primer grado hasta el viejo la casa. Las mujeres almorzaban allá, en otra parte. El primer plato era una carne asada, generalmente cabrito o costillas de animal vacuno, después venía la sopa bien puchereada, e

GASTRONOMÍA Pablito y la novia

Vieja foto del mercado Armonía, como ilustración “Era tímido, no de los que salen a comer el mundo y menos de los que tienen estofados raros o se machan en el primer boliche” Pablito fue a dar un examen, armó una ensalada de temas en vez de ir a los bifes, porque ese tema era pan comido para él. Salió del colegio y fue a ver a la novia, que era un bombón, hacía seis meses que calentaba la pava y todavía no tomaba mate, pero cerca andaba. Antes había noviado con otra que era un kilo y dos pancitos, pero con ella revolvía el guiso desde el primer día. La novia le iba soltando el bizcocho de a poco, si él se quería mandar a mudar, le hacía pucheros (“me pucherea” contaba él) y quedaban tan panchos, pero hasta el momento no pasaba naranja Fanta. De todos modos, él sabe que cuando el hambre entra por la puerta el amor salta por la ventana y que pan con pan, comida de tontos. Era tímido, no de los que salen a comer el mundo y menos de los que tienen estofados raros o se machan en el primer b