Las manos que escriben el cuento "Sugería lavarse las manos, antes de acometer la tarea, pues las manchas de sangre que podrían haber quedado entre los dedos..." Luis Roque Ruiz Alagastino, escritor santiagueño entregaba a sus alumnos lo que llamaba un sabio consejo para redactar un buen cuento. Fue un tiempo antes de que decidiera probar que sus teorías sobre la literatura estaban en lo cierto y cayera en la trampa que en sus palabras le habían tendido. En los talleres de escritura que impartía en la sala, al lado de la cocina de su ruinosa casa, recomendaba tomar un cuchillo de cocina mal afilado, oxidado y mellado, matar una vecina, regresar lo más tranquilamente posible, secar la sangre fresca en un repasador, luego sentarse en una silla cómoda y pelar una manzana con la misma arma. Una vez terminado el temblor de las manos, comenzar con el relato en una computadora cercana. En esa parte solía recordar, con una sonrisa, el poema del Mío Cid, en la parte que dice: “Mátent...
Cuaderno de notas de Santiago del Estero