![]() |
Escribir todos los días |
La constancia en la escritura y el valor de mantener la regularidad en las entregas valen más que la propia nota
Un amigo aconseja, quizás con razón, que debería pausar estas diarias notas, espaciarlas, amainar su número para volverlas más interesantes, esperadas, deseadas. Como que, si fueran una mujer, de tanto entregarse todos los días terminaría repugnando y no entregando placer sino hastío, pues lo poco agrada y lo mucho enfada, como solían decir las abuelas. Por suerte los telefonitos tienen la opción de poner en silencio mi nombre en WhatsApp, cosa que no les suene todas las mañanas, molestando a nadie en sus sueños o en lo que fuere que hace la gente a la madrugada.Podría seguir la recomendación del amigo, cómo no. Pero hay varios problemas, vea usté. El primero es que una efeméride sola no tiene ningún valor. Es decir, no entienda mal amigo, no es que estas sean notas muy bien escritas, nada que ver, eso lo sabe cualquiera, sino que no sirven por sí mismas, sino en grupo. Se podrían convertir en fuente de consulta para cualquiera que crea que las fechas son valiosas cuando marcan un acontecimiento cualquiera de la vida. Por algo se celebran los cumpleaños, ¿no? Son dos por día, una local, ya sea argentina o santiagueña y la otra internacional. La tercera nota es una reseña un cuento, una ocurrencia, un sucedido, el recuerdo de una comida, la evocación de un lugar: la idea es provocarlo a cavilar en problemas que, de otra manera, quizás no le ocuparían un milímetro de sus pensamientos.
¿Esta nota podría ser obviada?, claro que sí. El problema es que todos los días se me ocurre algo, el seso la arma en la cabeza y no me desprenderé de ella mientras no la escriba, se me sujetará como garrapata y me tendrá de rehén. Cuando la redacto y la pongo en la página, me olvido. En cierta manera es un diario íntimo a cielo abierto.
Uno me dijo hace un tiempo, con algo de desprecio: “Esas notas que copias”. No amigo, no las copio de ninguna parte. Para cada una busco y rebusco en internet, confronto datos, compruebo informaciones con al menos tres sitios de la red, y armo un artículo distinto, original, si quiere mediocre, pero siempre único. No son estrictamente sobre historia, a veces, según marcan los entendidos con mucha enjundia, tienen errores conceptuales o de información. Para leer sobre historia, hay libros muy interesantes y autores, aquí nomás en Santiago, especializados los más variados tópicos, si quiere saber la verdad de la milanesa de un asunto cualquiera, recurra a ellos. Le van a cantar la justa. Esta página es solamente un recordatorio de una fecha y tres o cuatro datos de cada una a tener en cuenta. Se intenta despertar la curiosidad, no saciarla.
Ahora, siga el siguiente razonamiento y llegará al nudo de esta nota, promesa.
El periodismo, como su nombre lo indica, es eso, dos puntos, publicar una nota cada tanto, pero no es un ´cada tanto´ impreciso. Los periódicos, cuando existían, salían todos los días a la misma hora, porque la gente estaba acostumbrada a leerlos en el desayuno, en el trabajo, en el ómnibus, con la condición de que fuera siempre, con ansias periódicas. Las radios siguen teniendo programas que van de lunes a viernes de tal hora a tal hora, lo mismo la televisión o los canales de internet, aunque sea posible mirarlos, oírlos o leerlos, a todos a la hora que uno quiere.
En la categoría más baja de los músicos figuran los “saca tragos”, que cantan o tocan un instrumento y se cobran con el alcohol que les paga la gente, generalmente en un boliche, un bar de mala muerte. Un poco por encima están los callejeros, se los suele ver en el centro de la ciudad, en la Tucumán, la Absalón, interpretando en cualquier parte algo que, si a usted le gusta, saca unos pesos y les pone en el sombrero, si no, pasa de largo y listo. No se ofenden si alguien los oye con atención, pero no deja dinero. En esa categoría debería figurar esta página. Es callejera, tiene un sombrero puesto a la vista, casi siempre entre el segundo y el tercer párrafo de cada nota y, si usted puede—y quiere—deja unos pesos. Si no, pasa de largo, ningún problema.
Si no quiere que le aparezca más en el celular, me lo pide y se la dejo de enviar, como lo han hecho varios, con los que, lógicamente, no puedo —ni debo— enojarme, todos están en su derecho de no recibir un intruso en su aparato a la madrugada, sin faltar sábado, domingo, fiesta de guardar, Navidad, primero de año, día del obrero.
Por encima de esta categoría están los escritores en serio, los que publican libros por cuenta de una editorial, o les pagan tanto por nota en alguna parte, o son profesores especializados en alguna materia específica, poetas de renombre provincial o nacional, cuentistas analizados en universidades, novelistas que, uf, sacan chispas al idioma en cada uno de sus libros. A ellos aconseja recurrir esta página, cada vez que viene al caso, con el objeto de hacer una revolución a la monarquía siempre supina de la ignorancia.
Esta nota se hizo, por supuesto, sin ninguna intención de molestarlo o incomodarlo. Solamente con la idea de mostrarle un poquito de la cocina de las ocurrencias que todos los días tal vez estorban su teléfono, fastidian a altas horas del alba o son desechadas de plano, como se merecen.
Ahora siga en lo suyo amigo.
Juan Manuel Aragón
A 16 de agosto del 2025, día de San Roque, en Tuama. Matando mosquitos.
Ramírez de Velasco®
Uno me dijo hace un tiempo, con algo de desprecio: “Esas notas que copias”. No amigo, no las copio de ninguna parte. Para cada una busco y rebusco en internet, confronto datos, compruebo informaciones con al menos tres sitios de la red, y armo un artículo distinto, original, si quiere mediocre, pero siempre único. No son estrictamente sobre historia, a veces, según marcan los entendidos con mucha enjundia, tienen errores conceptuales o de información. Para leer sobre historia, hay libros muy interesantes y autores, aquí nomás en Santiago, especializados los más variados tópicos, si quiere saber la verdad de la milanesa de un asunto cualquiera, recurra a ellos. Le van a cantar la justa. Esta página es solamente un recordatorio de una fecha y tres o cuatro datos de cada una a tener en cuenta. Se intenta despertar la curiosidad, no saciarla.
Ahora, siga el siguiente razonamiento y llegará al nudo de esta nota, promesa.
El periodismo, como su nombre lo indica, es eso, dos puntos, publicar una nota cada tanto, pero no es un ´cada tanto´ impreciso. Los periódicos, cuando existían, salían todos los días a la misma hora, porque la gente estaba acostumbrada a leerlos en el desayuno, en el trabajo, en el ómnibus, con la condición de que fuera siempre, con ansias periódicas. Las radios siguen teniendo programas que van de lunes a viernes de tal hora a tal hora, lo mismo la televisión o los canales de internet, aunque sea posible mirarlos, oírlos o leerlos, a todos a la hora que uno quiere.
En la categoría más baja de los músicos figuran los “saca tragos”, que cantan o tocan un instrumento y se cobran con el alcohol que les paga la gente, generalmente en un boliche, un bar de mala muerte. Un poco por encima están los callejeros, se los suele ver en el centro de la ciudad, en la Tucumán, la Absalón, interpretando en cualquier parte algo que, si a usted le gusta, saca unos pesos y les pone en el sombrero, si no, pasa de largo y listo. No se ofenden si alguien los oye con atención, pero no deja dinero. En esa categoría debería figurar esta página. Es callejera, tiene un sombrero puesto a la vista, casi siempre entre el segundo y el tercer párrafo de cada nota y, si usted puede—y quiere—deja unos pesos. Si no, pasa de largo, ningún problema.
Si no quiere que le aparezca más en el celular, me lo pide y se la dejo de enviar, como lo han hecho varios, con los que, lógicamente, no puedo —ni debo— enojarme, todos están en su derecho de no recibir un intruso en su aparato a la madrugada, sin faltar sábado, domingo, fiesta de guardar, Navidad, primero de año, día del obrero.
Por encima de esta categoría están los escritores en serio, los que publican libros por cuenta de una editorial, o les pagan tanto por nota en alguna parte, o son profesores especializados en alguna materia específica, poetas de renombre provincial o nacional, cuentistas analizados en universidades, novelistas que, uf, sacan chispas al idioma en cada uno de sus libros. A ellos aconseja recurrir esta página, cada vez que viene al caso, con el objeto de hacer una revolución a la monarquía siempre supina de la ignorancia.
Esta nota se hizo, por supuesto, sin ninguna intención de molestarlo o incomodarlo. Solamente con la idea de mostrarle un poquito de la cocina de las ocurrencias que todos los días tal vez estorban su teléfono, fastidian a altas horas del alba o son desechadas de plano, como se merecen.
Ahora siga en lo suyo amigo.
Juan Manuel Aragón
A 16 de agosto del 2025, día de San Roque, en Tuama. Matando mosquitos.
Ramírez de Velasco®
Con pausa o sin pausa, te ocupas de una buena causa, diría mi amigo improvisador.
ResponderEliminarSon tantos los detalles que evidencian que los artículos que se comparten son de inspiración y autoría propia, que resulta extraño que alguien haya sugerido que son copias o plagio. Además, es de admirar la creatividad puesta para lograr que las mismas cubran tal diversidad de temas.
ResponderEliminarSerá que nunca pasé de la redacción "La Vaca", en 3er grado, y creo que una sobre San Martín, en 6to, que valoro a quienes tienen y comparten el don de la creatividad y la prosa.
Señor Periodista:No se sincere ante tue enemigos,Es una de las bendiciones de los viejos amigos; que puedes permitirte ser estúpido con ellos
ResponderEliminar