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Mostrando las entradas etiquetadas como Chico

ÉPOCAS La cosecha de Bicho

Jean-Thomas Ungerer (1931 1919) A veces en el pago los apodos surgen de un hecho casual, banal y se le pegan a uno hasta ser parte de su propia personalidad En el pago me dicen Bicho, Bichito. Tengo el apodo desde que íbamos a la uva. Nos venían a buscar después de las fiestas de fin de año y nos arriaban a todos: contentos porque sabíamos que trabajando duro volveríamos con plata como para tirar unos cuantos meses hasta que saliera otro trabajito. Al año siguiente, íbamos de nuevo, en una rueda que no se terminaría nunca, suponíamos. La primera vez que fui tenía doce recién cumplidos. Mi mamá quedó en casa con los hermanos más chicos. Mi tata dijo que ya estaba grande y tenía que dar una mano. ¡Claro que quería ir! Entre el chicaje siempre nos preguntábamos cómo sería conocer otro pago, otra provincia. Era como viajar a otro mundo, no sé si entiende. Ahí conocí lo que era trabajar duro. Los primeros días volvíamos al galpón que nos habían dado a los santiagueños y, muchas noches antes

TODES Políticamente correcto

Emblema de lo/a correcto/a “El hipoacúsico, como su nombre lo indica, es un enfermo que quizás tenga un mal sólo conocido por los médicos” La corrección política exige escribir para todos, todas, todes, todus y todis. La payada del Martín Fierro es con un afroamericano o afroamericane, vaya usted a saber. Ya no se aceptará que haya payado con un moreno y menos con un negro. Haga el favor y suprima esa palabra de su vocabulario for ever jamás. En nombre de la modernidad habría que reescribir el escondido “La pucha con el hombre”, con letra de Pablo Raúl Trullenque porque dice: “El hombre nace y muere a veces sin vivir // camina desde el niño al viejo sin gozar”. En una primera reescritura debería comenzar: “El hombre, la mujer y la comunidad LGBT+Q etcétera, nace y muere a veces sin vivir // camina desde el niño/niña/niñe al señor, señora, señoro de la tercera edad (jóvenes de la tercera, para abreviar, porque viejo/vieja/vieje es mala palabra, salvo para los trapos), sin gozar”. Esto