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Mostrando las entradas etiquetadas como Mimos

SILENCIO El otro hijo de mi mujer

Ilustración nomás Ella le entrega dedicación absoluta y mis intentos de acercarme se arrinconan contra un muro de prohibiciones  Es el otro hijo de mi mujer, el que nunca reconocerá como tal, pero mis otros hijos y yo mismo siempre hemos sabido la verdad. Lo vigila igual o mejor que a los que tuvo conmigo: una mujer y un varón. Lo contempla con arrobamiento, lo mima con dulzura y se cuida con esmero de que yo intente entablar algún tipo de relación con él. “Es sólo mío”, me advierte cada vez que puede. E s blanco, rechoncho, retacón y siempre dispuesto a obedecer; no es díscolo como los otros. Mi hija, la mayorcita, está por cumplir 22 años y me discute sobre religión, política y lenguaje: tres territorios en los que, en otro tiempo, me creí invulnerable. Mi chango, mucho más chico, es un hincha fanático de Boca: sigue los partidos de su equipo con una pasión que a mí se me escurrió hace rato por las grietas de la paciencia. El otro hijo —el de mi mujer, digo— es indiferente a esos...

CUENTO La prueba de amor

Enamorados Lo que sucede cuando un hombre insiste a una mujer para que le entregue la prueba de su amor y ella al final le dice que sí (Omar Humberto Torres, de San Félix, departamento Jiménez, me contó la historia, cambié los nombres y algunas circunstancias para que no queden rastros de su procedencia, pero igual allá al menos, se sabrá). Desde hacía rato que le venía pidiendo que me entregue la prueba de amor, que no sea mala, que qué le costaba, si me quieres te tienes que entregar, le decía. Y ella nada, que no, que más adelante, que quién sabe, que yo no la quería, cuantas cosas. Y yo, imaginesé, meta insistir. Fue hace una vida amigo, yo andaba loco por ella, la pensaba durante todo el día, quería acariciarla, mimarla, pero sobre todo hacerla mía. Y ella dale con que no me quieres, vos sos un loco, después me vas a dejar, eso se lo dirás a todas. Ya sé que ahora las cosas son distintas, capaz que las chinitas les dicen a los changos “vamos pa la catrera” y en una de esas ellos l...