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Mostrando las entradas etiquetadas como Cabras

PAGO Cuando vuelven los porteños

Las riñas entre los gauchos La vez que uno de ellos pegó un grito en una riña en la casa del Fiero Alfonso, siempre es recordada por los paisanos Les decíamos porteños, pero eran nacidos al lado del chiquero de las cabras y criados a mate cocido y tortilla, igual que nosotros. Se habían ido a Buenos Aires a trabajar y al cabo de un tiempito nomás, regresaban aporteñados, hablando de “acá”, decían “sha voy”, “vos qué te creés”. Aprovechábamos para exagerar: “Afuera shueve que te shueve, adentro que ni gotia, vistes”, “sho no iré, porque sho sha juí”. Nos burlábamos de esa chica que volvió después de un año y preguntó: “Má, ¿qué es esa frutita que chilla?”. “¿Cuál hija?”. “Esa que está ashá”. “Eh, chica, eso es un coyuyo”. “¿Me cortás uno?”. Volvían con sus enormes grabadores al hombro, pantalón colorado, camisa azul brillante, zapatillas que nunca se habían visto en el pago y anteojos oscuros, porque ahora, ¡mirá vos!, el sol les molestaba en los ojos. Algunas chicas estaban más lindas

ANIMALES La biblioteca y la televisión

El zorro y sus libros A continuación, una explicación sobre las posibles causas que llevaron a la destrucción del bosque Eran cosa seria las bibliotecas del pago, cuando estaba repleto de animales. Mi mamá sabía decir: “Si quieres conocer cómo es una familia, pedí permiso, vete al baño y observalo, pero si quieres saber cómo piensa, mirá su biblioteca”. En la casa de los leones había libros que explicaban cómo cazar corzuelas, terneros, potrillos, cabras. En la casa de las corzuelas no faltaba el ejemplar del famoso texto “Yo escapé del león y le cuento cómo hice”. Tampoco faltaban la Historia Argentina de José María Rosa, diccionarios, una o dos enciclopedias, novelas, revistas y hasta colecciones de Selecciones del Reader Digest, según los particulares gustos de los dueños de casa. A cualquiera le bastaba un golpe de vista para darse cuenta de los pensamientos literarios, políticos, sociales, económicos del padre de familia. Nunca necesité ir al baño. Eso que mi madre decía que no e

EFEMÉRIDES SANTIAGUEÑAS Del 10 de septiembre

Cabras en Santiago, foto de Cristian Ramón Verduc En el 2018 capacitaron a criadores de cabras de los departamentos Quebrachos y Ojo de Agua El 10 de septiembre del 2018 se capacitó a criadores de cabras de los departamentos Quebrachos y Ojo de Agua para brindarles nuevas herramientas para el manejo de los animales. El objetivo de la capacitación fue mejorar la economía familiar a través de la venta de la leche a otras provincias, según explicaron técnicos del Ministerio de Producción de la Provincia, quienes trabajaron junto a personal de la Municipalidad de Sumampa. El equipo técnico del departamento de rumiantes menores de la Dirección de Agricultura de la provincia, acompañado por la Municipalidad de Sumampa, dictaron una capacitación de nuevas técnicas para el manejo de los rumiantes, como nuevas prácticas de ordeñe, construcción de corrales, enfriado de la leche, entre otras. Esta vez se tomó a familias de Gaucho de Güemes, La Mesada, Luján, Árboles Blancos, en el departamento Qu

PROPUESTA Modernizar la poesía del folklore

Santiago añorado en un Argañarás Los músicos intentan complacer a su público más que tocar o cantar lo que les gusta Una vez vino Eduardo Falú a Santiago a tocar en el teatro 25 de Mayo y mi padre me llevó a oírlo. Luego lo invitaron a la casa del escribano Franklin Ábalos y fue. Contaban que interpretó lo que le gustaba, música de Francisco Tárrega, Fernando Sors, tangos, algo de boleros, un poco de flamenco. Era niño entonces y le comenté a mi padre. Me explicó que una cosa es lo que le gusta al músico y otra distinta lo que quiere el público. Dijo que seguramente Falú era un exquisito intérprete de la guitarra clásica, pero se ganaba la vida tocando y grabando para muchísima más gente que apreciaba el folklore. En Buenos Aires vive cerca de un millón de santiagueños. Son quienes recuerdan el ranchito, las cabras, el baile en la enramada, la madre lavando la ropa en el patio de tierra, los pies descalzos, el quebrachal, las catitas. Reclaman un folklore que les recuerde el pago añora