Hermosa Lima, capital del Perú Un relato a pura bicicleta imagina otra patria, con Lima como capital y una Gran América que nunca existió, pero sigue tentando Mirá si en Tucumán ganaban los realistas —dice Lucho, último compañero de pedaleos por el sur de la ciudad— hoy íbamos a ser parte de la gran nación peruana, quizás más extensa que el Brasil y más poderosa, por cierto. ¿Cómo iba a ser? Bueno, a los futuros argentinos les dejábamos Buenos Aires y la Patagonia y que se arreglaran como pudieran. Nos entusiasmamos con ese Manuel Belgrano que nos prometía una nación libre y no sé qué otras macanas, y nos jodimos solitos. O al revés: calculá que, si en mayo de 1810 no se iniciaba la guerra civil que terminó en la Independencia, siempre conducida por los porteños, hoy al menos todo el antiguo Virreinato sería una sola Nación, desde el Polo Sur hasta más allá del lago Titicaca. Y si sumamos las dos equivocaciones, más otras que fuimos acumulando en el camino, quizás lo que hoy se conoce ...
Cuaderno de notas de Santiago del Estero