Imagen de la Virgen de la Merced, traída a Santiago desde el departamento Banda Un poco más de 30 sacerdotes se deben arreglar con toda la Diócesis de una provincia que ha dejado de creer en Dios Un poco más de 30 sacerdotes deben atender toda la diócesis del Obispado de Santiago del Estero, y miles de fieles católicos están sumidos en la mayor orfandad espiritual de toda su historia. La Iglesia santiagueña atraviesa una crisis casi terminal, debido, sobre todo, a la falta de vocaciones sacerdotales y al descreimiento de los bautizados y de su dirigencia. La mayoría de quienes todavía hoy se dicen católicos, asisten a los templos unas pocas veces en su vida, a saber, cuando los bautizan, cuando hacen la primera comunión y cuando se casan, si es que lo hacen por Iglesia, claro. Y en el final llaman a un sacerdote a rezar en la sala velatoria cuando ya están muertos, siempre que haya una tía vieja que se acuerde, si no, ni eso. Limosnas míseras Muchos fieles cuando pasan la bolsa para la
Cuaderno de notas de Santiago del Estero