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Mostrando las entradas etiquetadas como Lágrimas

ALTO EL FUEGO Cuando el odio es un negocio

El mundo civilizado apoya lo incivil A muchos no les gusta lo que está sucediendo en estos momentos en el Oriente Cercano, Israel y Gaza, vea por qué Por Natalio Steiner desde Raanana, Israel Se logró el acuerdo. El fuego se detuvo. Y de golpe, silencio. Ni marchas, ni carteles, ni lágrimas de alivio. La paz llegó… y a muchos parece que no les gustó. “Habría esperado que las calles de Europa y los campus del mundo estallaran de alegría por el fin de lo que durante meses llamaron ‘genocidio’”, dijo Naftali Bennett, ex ministro israelí. Pero no pasó. Porque su causa nunca fue la vida de los palestinos. Fue el odio a Israel. La oportunidad de sentirse moralmente superiores sin entender nada. Durante meses repitieron lo que les dictaban desde los bunkers ideológicos, sin una idea propia, sin un dato, sin contexto. Ahora que el fuego se apaga, se apaga también su utilidad. Ya no hay cámaras, ni trending topics, ni víctimas que mostrar. Y sin eso, no hay negocio. La paz los deja sin discurso...

EL LIBERAL El último en abandonar el barco

José Luis Castiglione José Luis Castiglione quedó hasta donde pudo en el barco insignia de la familia, después se fue con lágrimas en los ojos Alfredo Peláez, Fredy El activista político cordobés Juan Figueroa fue el primero en poner los pies sobre El Liberal allá por 1898. Cien años después un joven ingeniero, con lágrimas en los ojos, abandonaba el diario dejando atrás varios años de hegemonía de la familia Castiglione. José Luis, de sonrisa fácil luchó solo y hasta donde pudo para que el buque insignia quedara en el puerto de la familia. Sus acciones no llegaban al 5 por ciento y no tenía más dinero. Curiosamente Figueroa hizo el primer tiraje con una rotaplana manual; José Luis Castiglione dejaba una rotativa offset, alemana, de última generación, que permitía imprimir en color. El doctor Aldo, su padre, era un obsesionado de la impresión. Ya no le convencía la vieja y gigante rotativa tipográfica que imprimía con rodillos de plomo armado a mano con las líneas que vomitaban las lin...

INUNDACIÓN Rayos y centellas

Mujer que llora, Pablo Picasso El llanto es un aluvión que no deja nada en pie, como le sucedió a la mujer del cuento que sigue a continuación Siempre andaba inundada de lágrimas de un dolor inconmensurable en el pecho. Un gran paquebote antiguo hubiera navegado por su casa, sin tocar fondo, yendo del living a la cocina y de ahí al patio sombreado por la parra bajo cuyas hojas el amor perdido alguna vez interpretó endechas en la guitarra, solamente para ella. Lloraba porque se le había mandado a mudar a otras islas quizás más felices, ese hombre con el que había soñado vivir una existencia feliz, criando hijos, viéndolos crecer y llegar a una vejez sin sobresaltos. Sus lágrimas eran gotas de lluvia insistente, pertinaz. De haber nacido en tiempos bíblicos, le habría correspondido ser la Magdalena que —según decía el cura en el catecismo —lavó con sus sollozos los pies de Nuestro Señor. De mañana temprano, sus ojos tristes paseaban en el ómnibus que la llevaba al trabajo, atendían al pú...