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Mostrando las entradas etiquetadas como Chito Cáceres

HISTORIAS Semáforos coordinados

El Gran Hotel de Santiago Chito Cáceres, que supo ser taxista durante muchos años, guarda uno de los secretos más ocultos de la Madre de Ciudades Chito Cáceres era taxista cuando había pocos con esos autos negros y amarillos que según creían algunos —todos —durarían para siempre. Supo ser dueño de uno de los pequeños grandes secretos que escondía la ciudad y con el que admiraba a sus pasajeros, los dejaba con la boca abierta de la sorpresa. Cuando pasaron los años, como tantas cosas, perdió importancia aquel oculto saber que escondía quién sabe dónde. Pero, hay que ir por partes para entender cómo era la cosa. Hubo un tiempo en que los semáforos de Santiago comenzaban en la Alsina y terminaban en la Rivadavia. Los sincronizaron para que, de cualquiera de los dos lados, hubiera una onda verde, que duraba, con viento a favor, sin tránsito y una buena acelerada de un Torino, digamos, tres esquinas justitas. Después había que esperar de nuevo. Cuando se preguntaba por qué no estaban coordi

CUENTO Pica Cáceres

Dibujo de Juan, mi chango En qué momento un cuento viejo, quizás el primero de la vida, se convirtió en una realidad tangible gracias a mi amigo Chito Cáceres Un buen día mi amigo Chito Cáceres me dice que tiene un secreto y quiere contármelo. Alguna vez me había dicho que era sobrino nieto de Pica Cáceres, el personaje santiagueño de leyenda, al que se le atribuyen aquí todos los cuentos que en el resto de la Argentina son de Jaimito o de algún otro. Recuerdo que hace mucho, en un asado en su casa del barrio Smata, su padre, un hombre sencillo y conocedor de la ciudad, me contó que era cierto, eran parientes, pero no recordaba casi nada del hombre. Viene a cuento la historia porque una tarde le dije a Chito que casi todos los cuentos que circulan en la Argentina o en Santiago, atribuidos a su pariente o al porteño Jaimito, es posible que fueran inventados en Méjico, país cuya gente tiene fama de expansiva, divertida, amable y cordial. “Puede ser —respondió— pero algunos deben haber id

ENTREVISTA Cómo se llenan los supermercados

Negocios  llenos de "extras" Arsenio González cuenta en exclusividad cómo se ideó en Santiago un sistema de ventas que hoy se usa en todo el mundo Lo voy a contar de manera llana y sencilla, sin floripondios ni requiebros vanos, porque esto me sucedió y es la pura verdad. Hay cosas que se deben narrar de manera comprensiva, para que el mundo entienda las crudezas que hay escondidas en asuntos sencillos de la vida. El otro día el amigo Chito Cáceres me invita a almorzar en su casa. “Vení con grabador y no te vas a arrepentir”, avisa. Voy, había otro invitado, Arsenio González, porteño, pero hombre sencillo y no de muchas luces, según pareció en el almuerzo. Opinó tonterías de los políticos, sabía muy poco de Santiago y su historia, dijo que vivía hacía mucho en la provincia: había trabajado en almacenes de barrio, en supermercados y en los dos grandes monstruos, los hiper, ubicados a ambos lados del río Dulce. En un determinado momento Chito me hace señas para que encienda e