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PARRILLA No habrá ninguna igual

El Vasco de Santiago La parrillada “El Vasco”, de Libertad y Pringles en Santiago, fue una fuente inacabable de mala atención y carne como piedra, hasta que se terminó No habrá ninguna igual, no habrá ninguna. Ninguna otra parrillada asegurará a los comensales, como “El Vasco” o “El Vasco Junior”, como se llamaba al final de su perra vida, una carne de mamut tan dura, unos chinchulines tan gomosos, esos chorizos recalentados del mes pasado y morcillas que quién sabe de qué parte, de qué animales bípedos o cuadrúpedos, plumes o implumes, artrópodos o reptiles del vasto bosque santiagueño estarían hechas. Para no hablar de la pésima atención de los mozos, que en la Libertad y Pringles solían brindar mediodías y noches memorables, puteándolos sin parar, avivando úlceras, haciéndolas sangrar sin ranitidina ni ningún omeprazol a la vista para calmar tanto ardor estomacal, tanta furia. Ningún otro lugar de Santiago será nunca más teatro de tantas reincidencias: siempre terminábamos diciendo

GASTRONOMÍA Ninguna parrillada como El Vasco

El Vasco Servían dura carne de mamut, chinchulines gomosos  y chorizos recalentados No habrá ninguna igual, no habrá ninguna. Ninguna otra parrillada asegurará a los comensales, como “El Vasco” o “El Vasco Junior”, como se llamaba al final de su vida, una carne de mamut lanudo tan dura, unos chinchulines tan gomosos, chorizos recalentados del mes pasado y morcillas que quién sabe de qué parte, de qué animales, de qué cosas muebles o cristianos estarían hechas. Para no hablar de la pésima atención de los mozos, que, en la Libertad y Pringles de Santiago del Estero, brindaron mediodías y noches memorables, puteándolos sin parar, avivando las úlceras, haciéndolas sangrar, con la mujer pateándote por debajo de la mesa: “Si sigues así, no salimos más un sábado, pórtate bien, pareces un chico”, al tiempo que espantaba las moscas o tinquiaba una pícara cucaracha que le hacía burla desde la mesa, mantel de hule con más grasa que sopa de lechón. Ningún otro lugar de Santiago será nunca más, tea