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Mostrando las entradas etiquetadas como Cabezadas

LA BANDA El mercado Unión

Altos del mercado Unión, en primer plano, vendedor de juguetes Está caída una institución que otrora fue puntal de la economía bandeña, lo destrozaron las malas decisiones de unos pocos De todos los lugares que antaño eran focos de recuerdos para quienes se marchaban de La Banda, uno en especial, el mercado Unión, siempre traía gratas saudades a quienes estaban lejos del pago. Como su nombre lo indica, era el lugar físico en que se juntaban la oferta y la demanda del pueblo. También productores de los departamentos Banda, Robles y Figueroa llevaban sus frutas, sus verduras, sus artesanías, conocían de años a los puesteros, que así se proveían directamente de las huertas de los alrededores, de mandarinas a lechuga, de miel a riendas, cabezadas, aperos, de cabritos recién carneados a tamales, chorizos, morcillas, de pescado de río a ají del monte. Y otros cien productos que los puesteros entregaban directamente a sus clientes, junto con noticias de aquellos lugares: “Parece que la cosech

CABALLOS Cómo ensilla el santiagueño

Flete santiagueño El folklore está alejado del hombre de a caballo de la provincia, que no anda chalaneando el flote para florearse ante los puebleros Los santiagueños no usan (no usaban, mejor dicho) jamás esas riendas, cabezadas, bozales y cabestros de cuero graneado que tanto les gustan a los salteños. El santiagueño monta a caballo porque necesita ir de un lado para otro, no para pavonearse ante turistas que aplauden desde la vereda. Por eso también es poco común que el santiagueño use guardapantalón de cuero curtido para ir a las casas: para qué, amigo, si no va a pechar ramas en el pueblo. El ensillado del campesino santiagueño era un aperito pobre, mejor si era de los que llaman chilenos, carona chicuela de un solo cuero, jerguillas caseras, pellones comuncitos, no muy vistosos y estribos de fierro. Había cinchas de chaguar, casi un lujo, pero con el sudor de la panza del animal se acababan pronto, también trenzadas de cuero, de suela y otras, que vendían en las talabarterías. C