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Mostrando las entradas etiquetadas como Exquisito

CARACTERIZACIÓN El argentino exquisito

Una hora deliciosa, la del brindis findeañero A continuación, breve y leve individualización de los rasgos más salientes de connacionales que saben de asuntos baladíes Una breve reseña del argentino exquisito debería, necesariamente, considerar la razón por la que muchos se detienen a explicar el gusto distinto que tiene una gaseosa según venga en botella de plástico o de vidrio. Es como medio mucho, ¿no? Mejor dicho, viendo la sutileza en el paladar, cabe consignar que esta clase de gente debería haberse dedicado a la alta vitivinicultura, en vez de ser catadora de bebidas hechas para agradar el paladar de los niños. Los viejos recuerdan que, en un pasado no tan lejano, había bares en los que, más que nada para preservar el buen gusto de su clientela, no se vendían bebidas gaseosas. Que, como sus nombres lo indican, llevan inexorablemente al charloteo chabacano sobre política o dinero, a la indebida conversación sobre ovnis, al eructo soez, pedestre y vano. Otra exquisitez con que sue...

DICCIONARIO Cómo habla el santiagueño exquisito

La corrección de la incorrección Hay voces que eran comunes antaño y de un día para el otro pasaron a ser malas palabras, desterradas del habla culta Un diccionario del santiagueño exquisito debería ignorar la simple palabra agua, pues agua del caño, agua fresquita, agua de tinajón, agua de lluvia, son todas invenciones de un pasado al que nadie quiere volver. Lo moderno es nombrarla como “líquido elemento”, “masa hídrica”, “elemento hídrico”, “agua mineral” o “agua mineral sin gas”. El mundo se complica de manera sutil, y es más cómodo nombrar con difíciles rodeos lo que antes tenía vocablos fáciles que lo identificaban. O usted no ha sentido nunca hablar de “conjunto de niños en edad escolarizada” para nombrar a quienes antiguamente se nombraba simple y sencillamente como alumnos. Quizás nunca se sabrá por qué alumno se convirtió en mala palabra, pero es difícil hallarla en el habla común de los burócratas. El almacén es “súper” o más ´fashion´ todavía, “híper”. Pero, oiga, todos son...