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Mostrando las entradas etiquetadas como Nombres

COSTUMBRES Los nombres que fuimos

Ilustración nomás Santos del almanaque, series extranjeras y otras fuentes de la elección revelan un modo de entender el mundo y la pertenencia cultural Marcelo. Rubén. Clara. Alicia. Ernesto. Rosa. Más o menos así eran los nombres cuando los elegían comunes, corrientes. Los padres sabían que, siendo un acto fundamental, no debían buscar la originalidad: eso estaba garantizado por la misma esencia humana. Así como no había dos personas iguales, un Juan Carlos no se parecía a otro. Aunque muchos no lo supieran, había conciencia del idioma en que se pronunciarían los nombres de pila. No se trataba solo de gusto o tradición: había una intuición del sonido, de la música del nombre dentro de la lengua materna. Los padres sabían, aunque no lo dijeran o no lo supieran, que un Juan o un María sonaban naturales en español, redondos, familiares. Un Pedro tenía peso; un Ana, dulzura. Cada nombre encajaba como una pieza dentro del idioma, sin chirridos ni extranjerías. Nadie pensaba en cómo lo pro...

GENTILICIOS Los nombres del fútbol

Los escudos de las provincias Los hinchas no solamente tienen camiseta, también nombre de guerra y una pertenencia que empieza en las palabras En la Argentina, no alcanza con ser hincha: hay que tener nombre de guerra. No basta con el escudo bordado en el pecho ni con las banderas flameando en las tribunas. Cada club tiene su apodo, y cada apodo funciona como un gentilicio: dice de dónde se viene, a qué se pertenece, qué se canta y a quién se carga. Así se reconocen en la calle, en la cancha, en los bares, en el olor a choripán de un domingo a la tarde. Son nombres que no se inventan en escritorios. Nacen en derrotas memorables, goles eternos o frases dichas al pasar. Quedan grabados a fuego. Y cuando se gritan, arden. Buenos Aires Los de Boca son bosteros, xeneizes, chanchos. Los de River, gallinas, millonarios. San Lorenzo, cuervos, ciclón. Racing, Academia, académicos. Independiente, diablos rojos, rojos. Huracán, quemeros. Vélez, fortineros. Argentinos Juniors, bichos, bichos color...

CELOS Amores grabados

Inocente eucalipto del parque Aguirre Un corazón tallado en los eucaliptos desata recuerdos, sospechas y celos y atraviesa la memoria del amor Uno va por el parque Aguirre, llevando de la mano a una chica, saca un cortaplumas y talla en la madera de un eucalipto los nombres de ambos enlazados en un corazón. Quizás esté bien demostrar el amor de esa manera, tal vez no, pero si se pelean debería tacharlo. Es posible que luego el muchacho vaya por el mismo lugar con otra mujer. En una de esas, al llegar a ese lugar deberá distraerla para que no mire el letrero que primorosamente grabó para la otra. Pero, ya se sabe, los hombres suelen hacer de su pasado amoroso un inacabado cuento de conquistas, así que le mostrará la obra a la nueva y le soltará, con una sonrisa canchera: “Es de cuando andaba con Clarita”. Ahora imagine que la primera chica va paseando por ese sitio con el nuevo novio. El chango podría decirle: “Mirá mi amor, ahí dice Clarita y al lado han puesto Alberto, así se llamaba ...

GEOGRAFÍA Los nombres de Buenos Aires

La otrora capital de los argentinos Desde Nuestra Señora Santa María hasta Caba, la ciudad más grande de la Argentina ha recorrido un largo camino En 2 o 3 de febrero de 1536 Pedro de Mendoza la llamó Ciudad de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre. Si no se hubiera tenido que mandar a mudar, corrido por los indios, su nombre quizás se habría reducido hasta quedar como Santa María. Y hubiera sido mejor llamarla de esa manera, dice uno, que es católico. Según los historiadores, fue en la parte que hoy es San Telmo, en honor a la Virgen de Bonaria, patrona de los navegantes sardos, venerada en Cagliari, Cerdeña. Como se sabe, el 11 de junio de 1580, Juan de Garay la refundó en un lugar cerca de la actual plaza de Mayo. ¿Cómo le puso? “Real de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre". Mantuvo la referencia religiosa, pero agregó "Real" para destacar su estatus como asentamiento oficial del Imperio español. Fue la fundación definitiva de la ciudad. Pero después el nombre...

CUENTO Una historia sabida

Una felicidad paradisíaca “Así nombró las huellas del bosque, le halló la forma a los días y supo cómo señalarme de formas diferentes…” Algo se movía tras los arbustos, no era Mujer, porque ella siempre que me olía cerca, hablaba o se hacía notar, sino un ser que no había visto nunca. Le puse de nombre `animal´ y me pareció que estaba bien. A su lado había otro, pero tenía astas y una forma distinta. Decidí que el primero sería `caballo´ y al otro le puse `vaca´. Se lo conté a Mujer y dijo que sería una bonita manera de nombrarlos. Supe que tenía la facultad de poner nombres a las cosas que veía, que era lo mismo que ser su dueño. A un bicho pequeño, negro y con alas, le puse ´escarabajo´, a otro más grande y con otra forma muy distinta lo llamé `rana´. Y seguí con esa diversión, seguro de que al Hombre que nos había creado le gustaría, de hecho, algunas veces cuando venía a vernos, jugábamos un ratito. Mujer, la que me había sido dada porque no era bueno que anduviera solo, mientras y...

ETIMOLOGÍA Las flores como nombres de mujer

Mujer, una flor entre flores Nota inédita hasta hoy, escrita por el padre del autor de este blog Por Juan Manuel Aragón La gran mayoría de los nombres propios españoles viene del hebreo y nos han llegado a través de la Biblia (Noemí, “dulzura, delicia”, Ruth I,20; Josefina, diminutivo de Josefa, femenino de José, el hebreo Yosef, “Dios añadirá”), o del griego y el latín y los hemos recibido por la tradición de nuestros orígenes culturales (Marcelo, Marcelus, diminutivo de Marcus, consagrado al dios Marte; Vicente, de Vincens, el vencedor, el victorioso), o de los invasores bárbaros que se desbordaron sobre el imperio romano y al cristianarse sus nombres abundaron en las pilas bautismales por ser apelativos de santos (Alberto, contracción de Adalberto, de adal, “estirpe noble”, y berth, “brillo, resplandor”, “el que brilla por la nobleza de su estirpe”, Rodolfo, Ruodwulf, de hruot, “fama”, y ulf, “lobo”, “el lobo de la fama” o “guerrero famoso”). Pero entre estos orígenes tan naturales ...

MATARÁ Los militares y sus bautismos

Antiguo mapa de Santiago, de la editorial Estrada Hubo un tiempo en que los santiagueños aceptaban, mansos y sumisos que les cambiaran nombres que venían del tiempo de los indios Los militares, gente formal y cortés, cortándose el pelo, una vez al mes, cambiaron el nombre del departamento Matará, que era eufónico y tenía reminiscencias históricas precolombinas. Agarraron y le pusieron Brigadier General Juan Felipe Ibarra, ¿por qué?, porque sí nomás, porque ellos eran los que mandaban, qué tanto. Los santiagueños, pueblo manso y sumiso, en vez de seguir nombrándolo como lo venían haciendo desde tiempos inmemoriales, al toque se plegaron a la moda. Las maestras de cuarto grado no se tomaron ni siquiera la molestia de contarles a los chicos que toda esa región había tenido un nombre bonito y que había sido cambiado de un momento a otro por un tipo que creía que tenía autoridad solamente porque usaba botas. (Si en cuarto grado de todas las escuelas del país se enseña a mirar la realidad co...

RAREZAS Ah, los nombres

Los chicos y sus nombres Algunos puntos que supuestamente consideran los padres cuando deben decidir cómo llamarán a sus hijos Poner nombres de recién nacidos era cosa seria en la antigüedad: la cuestión principal era evitar diversos ridículos, el más visible de todos eran los de origen inglés con apellidos españoles. Hasta la década del 80 o quizás la del 70, un Kevin Gómez, un Braian (Brian, Brayan, Brallan) González, eran impensables, inimaginables, disculpe amigo si usted tiene un pariente que se llame así, pero antes se lo tenía no solamente como risible sino también como fruto de la colonización cultural norteamericana, que llegaba enlatada en películas del cine, programas de la televisión, en el envoltorio de los chicles Bazooka. Tampoco eran bien visto los nombres italianos o franceses con apellidos españoles, un Jean Jacques Pérez medio que no cuajaba, lo mismo que una Antonella Rodríguez. Salvo que la madre tuviera apellido con ese origen y entonces no solamente se explicaba,...

CANTO Contra la democracia

La cuna de la antidemocracia Si hay una institución en la que no se vota cada decisión, es la familia que, gracias a Dios, funciona muy bien sin división de poderes La familia, Dios sea loado, es la institución más antidemocrática que existe en la faz de la Tierra y, a menos que se demuestre lo contrario, es la única que sigue funcionando con buenos resultados, al menos desde hace un millón de años, quizás más. Veamos: los chicos no eligen qué día, a qué hora, en qué país nacer, tampoco eligen si nacer o no. No, papito, tampoco eligen el sexo: tienen el que tienen y lo lamento si querían otro, es imposible, no se puede volver atrás, never, nunca, jamás. Podrán parecer otra cosa, si se les da por ese lado, pero debajo del calzoncillo o la bombachita, siempre tendrán lo que tienen y no otra cosa. ¿Si se lo cortan, pregunta?, si se lo cortan tendrán el mismo coso, ahora moto, pero no pasarán a ser Adelita, después de haber sido Horacio Daniel. Además, nacen porque así está dispuesto, porq...

LEYENDA La maldición de la hija del Inca

La alojera, de Absalón Argañarás Una vieja tradición cuenta que los indios peruanos sabían leer y escribir antes de la llegada de los españoles, conocimiento perdido por culpa de un amor indebido “Aquí donde me ve, he criado ocho hijos, con mi finado marido, que en paz descanse” nos contó esa tarde bochornosa de enero de hace unos diez años. Un tiempo se había terminado para siempre y otro seguía amaneciendo, con esta cuestión de las computadoras, internet, los teléfonos móviles, pero todavía no nos dábamos cuenta. Prudente, no le pregunté la edad, pero arriba de 70 largos, seguro. “No tenga dudas de que la historia se repite”, nos dijo, sentada al lado del brasero, mientras cebaba mates de leche con amchi, bien dulces. Estábamos en Punta Toro, departamento Silípica, del histórico sur de la provincia. Sitio poco conocido, salió en el Nuevo Diario y en El Liberal una sola vez en la vida, cuando los vecinos dijeron haber visto un ovni, pero al lugar nadie sabía señalarlo en los mapas. L...