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Mostrando las entradas etiquetadas como Cliquear

IDENTIDAD Del finde al crush

No es mate, es ritual El idioma argentino de todos los días se reinventa y pinta de cuerpo entero este tiempo de extranjerismos La gente moderna no come, sino que ingiere. No vé, visualiza. No bebe, se hidrata. No lee, se informa. No aumenta, incrementa. No pone en marcha ni implanta, implementa. No escribe, cliquea. No fornica, hace el amor, ´lo hace’ o ´comparte un momento íntimo´. No explota, explosiona. No corre, hace running (o como se escriba, segual: ¡ah!, y los corredores de antes ahora son ´raners´, ¡yarda!). No se burla, hace bulin o bulinea (tampoco sé cómo se escribe). No va en colectivo sino en cole. No dice aquí, dice acá. Ve la tele, hace caso a la seño, se ríe del profe, tiene un tatú (no el animal, sino el dibujo indeleble sobre el cuero), pasa bien el finde (la primera vez que oí “el finde” y entendí qué era, me pareció que a continuación los ángeles arcabuceros anunciarían el Fin del Mundo, pero no pasó nada), come un chori, habla por el celu, se pone las zapas, va a...

MUNDO A un clic de distancia

La Gioconda profanada Las más grandes obras de arte viven en peligro gracias a unos descerebrados, capaces de cualquier cosa por mostrarse en internet El mundo está a un clic de distancia, sólo hay que saber alcanzarlo. Hay sectores de la sociedad en los que es tan extrema la pelea por ese clic, que muchos hacen cualquier cosa, literalmente, con tal de tenerlo. Algunos han salido del cascarón de internet y llevan el afán por un clic a la vida real. Hacen lo que sea para tener fama y, como dicen: “Su lucha se visibilice”. Porque no es la consecución de los ideales lo que se busca, sino que se sepa, que todos lo tengan en cuenta, que el mundo se percate de que las ideas de uno son mejores que las del resto. Con ese razonamiento, unos descerebrados salidos de no se sabe qué cuevas infectas, se dedican a destruir obras de artes famosas, sólo para que el mundo conozca que, según ellos, está mal comer animales o “alertar” sobre el cambio del clima. Los museos, para protegerse de la horda de ...