A modo de ilustración "En un campo vecino al pueblo, le avisaron que el tal Ceferino Díaz, había andado por allí, pero lo habían enganchado para ir a la recolección de la uva" El primero que sintió la chacarera del albañil buscando la porlan, fue el amigo Carlos Virgilio Zurita, allá por el 93, en el barrio Ejército Argentino. Esa noche había ido a festejar porque se recibía un alumno, al que ayudó a preparar su tesis de sociología. La chacarera del albañil buscando la porlan, es como el tango "La vida me engañó", que muchos creen que es un título inventado, hasta que después se dan cuenta de que no solamente existe, sino que hasta puede ser cierto que la vida les juegue una mala pasada. En medio de la reunión, un músico desconocido para Zurita, tomó una guitarra y luego de media hora de cambiarle las cuerdas porque era zurdo, tocó esa única y magistral pieza del folklore santiagueño actual. Pero unos vinos en cajita, un tanto raspantes, que había estado saboreando,
Cuaderno de notas de Santiago del Estero