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Mostrando las entradas etiquetadas como Envidia

HISTORIA Carlos Arturo Juárez y el “León”

Carlos Arturo Juárez A continuación, una anécdota mínima de Carlos Arturo Juárez, si se reunieran todas en un solo volumen, podrían ayudar a entender el pasado santiagueño Entre la infinidad de historias que todavía circulan de Carlos Arturo Juárez, hay algunas que son dignas de recordar. Es, por supuesto, un muestrario infinitesimal del riquísimo anecdotario con el que sembró Santiago en más de 50 años de luchas, triunfos y derrotas por la consecución del poder. La muerte de Mercedes Marina Aragonés de Juárez, removió la memoria de muchos santiagueños que fueron protagonistas en aquel tiempo. Una característica de las reuniones del gobernador, es que siempre averiguaba qué iban a pedirle quienes le solicitaban audiencia para tener una respuesta oportuna, fueran dirigentes, del partido, gente de la oposición, funcionarios, empresarios, periodistas. El caso es que los diputados juaristas estaban disconformes con lo que cobraban y con canonjías con que les pagaban sus tareas, querían alg

LEYENDA El cumpleaños de la tortuga

Tortuga santiagueña Nota periodística que cuenta en primera persona cómo sobrelleva sus años este animalito de los campos santiagueños Mucho tiempo antes de su cumpleaños 120, la tortuga empezó a organizar una fiesta para reunir a los animales del bosque a acompañarla a soplar las velitas. Organizar un festejo no es fácil, hay que dejar seña en un lugar para reservarlo, contratar el servicio de vajilla, fijarse quién cocinará, mandar las invitaciones, hablar con el que pondrá la música y el fotógrafo, pagar la tasa municipal y preguntar cuánto cobran Sadaic y Aadicapif (o como se escriba), porque si le caen esa noche, le pueden arruinar la joda. Y mil detalles más, decoración, centros de mesa, músicos, ubicación de los invitados. Lo que va a leer al final de esta crónica es un asuntito que excede el folklore, los mitos y leyendas del bosque santiagueño, el omnipresente quichua con el que mezclamos el español nuestro de cada día, el cancionero y esos otros recuerdos del pago que buscan

LEYENDA El cuervo y el burro

Al cuervo le dicen zopilote en otras partes Por qué el cuervo tiene alas negras, un grito feo y anda siempre solo y triste Yo era un pájaro fachero, de hermosos colores, un canto envidiado por todos y un vuelo rápido, ágil, livianito, saltarín. Tenía un enorme penacho colorado en la cabeza. Era un poco palangana, como todos los lindos, pero simpático, alegre, dicharachero, todos me querían, menos el burro, que me tenía rabia porque siempre ha sido así, desgarbado, con grandes orejas, muy taimado. Algunas aves se alimentan de semillas, otras comen hojas o les gustan los bichitos. Yo, en cambio comía y me gustaba —me sigue gustando— comer osamentas. Si no hubiera sido por mí, el bosque santiagueño siempre iba a tener olor a animal muerto, a podrido. Empiezo a comerlas por el culito o por los ojos, porque son las  partes más blandas. Esto que le cuento sucedió después de la vez que ofrecí un concierto para todos los animales: trepado en lo alto de algarrobo entoné chacareras, zambas, esco

CUARENTENA ¿Luna de miel?

Motor Crónicas del aislamiento I Apenas se decretó la cuarentena, vine a su casa para acompañarla. Más de un amigo me envidió. Estamos de novios desde diciembre del año pasado. Los primeros días el aislamiento fue maravilloso. Los imaginaba a mis amigos, embolados, con la señora, los chicos, encerrados todo el día sin saber qué hacer. Y yo, aquí con la Johana, pasándola de diez. Pensaba que el encierro iba a durar, a lo sumo, dos semanas. Y nos dedicamos con pasión a aplanar la curva, como quien dice. Primero de manera desenfrenada, después nos sosegamos un poco. A los diez días supe por qué en los trabajos te dan solamente ese plazo de luna de miel. Ya estaba poniendo a prueba el motor, dudando de sus pistones, y vino el Alberto Fernández a estirar la cuarentena. Para peor la Johana está siempre a punto. Acaricio las bujías o paso la mano por el capó y ya está encendido. Uf, mejor no entro en detalles. Hace cuarenta días que la voy llevando como puedo. Ahí vamos, ella pidiendo riend