Anciana, foto de ilustración nomás El alma se le quedó en la esquina de la pensión con el rostro pintado en una expresión de estupor De a poco la pensión de la Catamarca 365 se había ido convirtiendo en aguantadero de gente de distinta laya: recientes echados de la casa por cuestiones de polleras, vendedores de rifas truchas, dos cordobeses que quién sabe qué deudas tendrían con la policía de su provincia o de otra, estudiantes crónicos de ingeniería, un viejo periodista, un vendedor de jabonesy otros que no vienen al caso. Y la vieja Catalina, medio pariente mía, según descubrimos una tarde que llovía desplomando el cielo contra las chapas. Toda una dama, le digo, en medio de esa fauna de delincuentes de poca monta. Hay que ver que la historia es una materia pendiente en la vida de los hombres, sobre todo si no saben que veinte siglos después repetirán gestos, palabras, actitudes que cualquiera diría que quedaron marcadas en los libros y no se repetirían, pero el tiempo es una rueda
Cuaderno de notas de Santiago del Estero