He ahí una mujer sofisticada Los sofistas eran pensadores que creían en la belleza de los argumentos y en su lógica antes que en su naturaleza verdadera, de ahí vienen los sofisticados En este sencillo, pero no menos emotivo acto se da por inaugurada oficialmente, la sección, dos puntos, “Discutiendo al diccionario”, dedicada, justamente, a mostrar las falacias del mataburros, sus enredos y a veces, hasta sus embustes. Si a la Real Academia Española de la Lengua le consulta por el vocablo sofista, le dirá: “Que se vale de sofismas”, Entonces averigua qué es sofisma y avisa que es: “Razón o argumento falso con apariencia de verdad”, y hasta ahí todo bien. Pero si le pregunta qué es sofisticado, llantea un poco o, mejor dicho, de ahí se agarra uno para entrar a discutir. Porque entrega varias acepciones para sofisticado. La primera es: “Falto de naturalidad, afectadamente refinado”. La segunda: “Elegante, refinado”. La tercera: “Dicho de un sistema o de un mecanismo: Técnicamente comple
Cuaderno de notas de Santiago del Estero