Cajones apilados de pollos La modernidad ha terminado, de rompe y raja, con uno de los alimentos más sabrosos que tuvo la humanidad Una comida injustamente olvidada, para cuando lleguen los tiempos fresquitos es la sabrosa, nutritiva y nunca bien ponderada sopa de gallina. La receta, según sabían las madres, era simple, se hervía una presa o toda una gallina, con cebolla, pimiento, zanahoria, perejil, ajo tal vez y sal. Si era el tiempo, uno o dos marlos de choclo flotaban cual islas de sabor, de un pretérito perfecto que no se ha de repetir. Cuando estaba por estar, se le agregaba arroz y, listo. Algunos sostenían que era una comida pesada, porque veían esa cosa como grasita que se le hacía por encima, pero, justamente, era lo que le daba su característico sabor y la hacía más nutritiva. Eran los tiempos en que no existían el colesterol bueno y el colesterol malo, como el ying y el yang, peleando en un mundo de femeninos y masculinos, opuestos y contradictorios la mayor parte de las v...
Cuaderno de notas de Santiago del Estero