Con calor El saludo laico de los santiagueños, su rezo constante, su recordación de todos los días, a toda hora, a cada segundo Hola qué calor, hola qué calor, hola qué calor. Lo dice usted, lo dice su vecino, lo dice su amiga, lo dice el verdulero, lo dice la señora que limpia la oficina, lo dice el patrón, lo dice el obrero. Todos tienen calor, todos lo sufren, todos lo viven con una intensidad digna de causas algo más elevadas. Es un rezo laico, un saludo institucional, el más común, el que se debe decir, a menos que quiera que lo tengan como un guarango. Qué calor, qué calor, qué calor en la ciudad. Los loretanos tienen calor, los bandeños tienen calor, los frienses tienen calor, los termeños tienen calor, los copeños tienen calor, todos los santiagueños pasan el puto día hablando del calor que sienten. Tal vez no se dan cuenta de que, si todos están acalorados, el calor deja de existir, se va, se esfuma, no está más, se ausenta, está afuera de todo el mundo menos de uno. Vos porqu...
Cuaderno de notas de Santiago del Estero