Justo cuando la ve “Soy la que reniega del socialismo por su apetito voraz por la sangre y las riquezas y la que decidió tampoco adherir al liberalismo por las mismas razones” Tengo alma de suicida, voy volando por ahí, veo un plato con un líquido caliente, y ¡zas!, siempre me zambullo. Soy la mosca de la sopa, la molesta mosca de tantos cuentos, chistes y chascarrillos que circulan por el mundo. Me encanta serlo, aunque después vengan a decir que para qué quiero ser bicho nadando en un plato, si voy a estar muerto. Pero ahí voy. ¿Ha visto que en una discusión siempre se espera que uno se incline para uno u otro lado? Bueno, soy el que lanza siempre una tercera opción, como una manera de no darle la razón a ninguno de los dos. La mosca en la sopa. Revoloteo, revoloteo, revoloteo, en un descuido de quien la sirvió me acerco mucho o me quiero asentar sobre ella sin ver que es líquida y termino ahogada en ese mar grasoso, tibio y salado y quedo así, exánime, flotando yerta entre un fideo ...
Cuaderno de notas de Santiago del Estero