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Mostrando las entradas etiquetadas como Leer

IDENTIDAD Del finde al crush

No es mate, es ritual El idioma argentino de todos los días se reinventa y pinta de cuerpo entero este tiempo de extranjerismos La gente moderna no come, sino que ingiere. No vé, visualiza. No bebe, se hidrata. No lee, se informa. No aumenta, incrementa. No pone en marcha ni implanta, implementa. No escribe, cliquea. No fornica, hace el amor, ´lo hace’ o ´comparte un momento íntimo´. No explota, explosiona. No corre, hace running (o como se escriba, segual: ¡ah!, y los corredores de antes ahora son ´raners´, ¡yarda!). No se burla, hace bulin o bulinea (tampoco sé cómo se escribe). No va en colectivo sino en cole. No dice aquí, dice acá. Ve la tele, hace caso a la seño, se ríe del profe, tiene un tatú (no el animal, sino el dibujo indeleble sobre el cuero), pasa bien el finde (la primera vez que oí “el finde” y entendí qué era, me pareció que a continuación los ángeles arcabuceros anunciarían el Fin del Mundo, pero no pasó nada), come un chori, habla por el celu, se pone las zapas, va a...

CUENTO Palabras que precisan cancha

Vikingos morochos Por qué el mundo se está quedando casi sin palabras y acude a los monosílabos y a los dibujitos como forma de expresarse Lo que se va a narrar sucedió en tiempos en que la gente leía. Porque, aunque usted no recuerde, en los tiempos aquellos agarrar un libro no era algo excepcional sino lo más normal del mundo. En ese entonces nadie habría puesto en duda que, para recibirse de algo, pongamos contador o abogado, se debían tragar varios compendios larguísimos y por añadidura quizás uno o varios apuntes escritos por el profesor sobre algo muy particular. Hoy es posible recibirse de cualquier cosa sin jamás haber tomado un libro entre las manos. Pregunte y verá. Antes no se temía leer: un cuento corto tenía tres o cuatro páginas, y llegaba hasta cinco o seis también. Uno más o menos tenía diez y uno bien largo, pongalé, llegaba hasta las 25 o treinta. Y se la bancaba. Hoy muchos tienen serias dificultades para deletrear los zócalos de la televisión, el cartel del almacén ...