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Mostrando las entradas etiquetadas como Majada

DESCRIPCIÓN El campero

Chiquero de las cabras (imagen de Jorge Llugdar) El hombre que busca la majada que se le ha perdido, no sabe que lleva una determinación evangélica El campero lleva en su rostro la determinación de hallar la majada que se le mandó a mudar después de la última tormenta. Hace tres días que ha salido su casa y ahora pasa por estos bosques perdidos, quizás en el departamento Pellegrini, Jiménez, o cerca de Huyamampa, preguntando de casa en casa si no han visto sus cabras: avisa cómo es la señal, acepta quizás un vaso de agua sin apearse del montado y sigue adelante. No sabe que en el Nuevo Testamento lo nombran como el pastor que pierde un solo animal, deja a los demás y sale a buscarlo, porque le va la vida en la tarea. Casi como los israelíes que, por estos tiempos buscan desesperadamente a sus hermanos que fueron llevados por el lobo del Hamás a sus catacumbas malditas, este hombre quiere hallar sus cabras, escapadas del cuidado del perro cabrero, asustadas por la tormenta, huidas a cua...

PREGUNTITAS El rancho y su emocionada evocación

Típico rancho santiagueño ¿Alguien quiere volver a la vida que pasaron los padres en medio de la pobreza más atroz, viviendo en la miseria? Es entendible que muchos santiagueños que progresaron evoquen tiempos antiguos en su pago, con sus padres, los hermanos, la majada, la represa, el tinajón con el agua, los atardeceres, el coyuyal, los terneros balando. Pero nadie va a lamentar que un día de estos desaparezcan para siempre las chozas en que vivían algunos. Porque, entre otras cosas, eso significará, entre otras cosas también, que se acabó el mal de Chagas. Algunos hasta sienten nostalgias y querrían volver a vivir en un rancho. Van para ellos algunas preguntitas que quizás no han considerado: ¿Les da como melancolía el trabajo acarrear agua varios kilómetros para tener con qué cocinar?, ¿por la mala alimentación?, ¿por el hacha bruta?, ¿por la vinchuca?, ¿por la pobreza?, ¿por andar descalzos invierno y verano?, ¿por parir en medio del monte sin ninguna seguridad?, ¿porque se llueva...

BIRMANIA En busca de la majada perdida

Mujer birmana, con traje tradicional En un tiempo, cualquier ocasión era buena para propinar una clase de geografía a un compañero de viaje Hacía tres días que habíamos salido a buscar una majada perdida y, como estabas faltando a la escuela, se me ocurrió hablar de algo interesante. Entonces te pregunté de dónde venían los primigenios habitantes del mundo. No sabías y te recordé que había un país que antiguamente tenía un nombre bonito: Birmania, aunque ahora se llama Unión de Myanmar. “Si tuviéramos un globo terráqueo o al menos un mapamundi, lo señalaría”, te indiqué. Cuando los primeros viajeros y geógrafos europeos llegaron a esas tierras, oyeron que los nativos pronunciaban el nombre de su país como “Miamma”, “Bama” o “Barma”, según los pueblos. Y debido al desconocimiento de la lengua escribieron el nombre como lo habían entendido, por eso escribieron “Birman” o “Birmania”. Según su gente, “Myanmar” significa “los primeros habitantes del mundo”, a tal punto que, según algunas hi...

MECHERO Alto del Indio

Mechero en el campo Cosas que pasan cuando el paisano anda lejos de la casa campeando animales perdidos después de una tormenta Divisamos luces a la orilla de aquel salar inmenso. Nos preguntamos la casa de quién sería, Los Nolasco no era, seguro, Zanjones tampoco, la Legua del Sur, menos. Recién anochecía con estrellas vibrantes, la luz de un mechero se veía desde la distancia, calculamos que habría como kilómetro y medio, dos quizás. Apuramos el paso de los montados, seguros de que al rato tendríamos un fuego, mate y quizás un techo para cobijarnos esa noche. Sin embargo, nos preocupaba no saber de quiénes serían esas casas adivinadas en el horizonte. Andábamos perdidos, es cierto, pero nunca un paisano se extravía tanto como para no reconocer un lugar. “¿Y si estamos más lejos de lo que calculamos?”, pregunté. “Capaz nomás”, respondió el amigo. Potrero Largo no era, lo hubiéramos reconocido por el tanque de agua, la casa de los Melián tampoco, no vivían tan cerca del saladillo. Unos...