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Mostrando las entradas etiquetadas como Obligación

DIÁLOGO La fila

Fila en la Argentina Improbable diálogo entre el policía apostado en la puerta de un banco y un cliente que fue a pagar una deuda —Buenos días, señor, ¿me da permiso para entrar? —Disculpe, ¿usted quién es? —Soy un cliente de este lugar y vengo a pagar mi deuda. —Ah, no entonces va a tener que formar fila. —Disculpe, capaz que no me entendió, le dije que vengo a pagar. —Sí, los que vienen a pagar tienen que hacer fila. —O sea, vengo a pagar, algo que hace poca gente y en vez de tratarme bien, me obligan a una fila de al menos una hora. —Sí señor. —¿Y usted quién es? —Soy el policía encargado de hacer que la gente forme fila. —¡Pucha!, ¿usted viene a ser un combatiente del delito? —Se podría decir que sí. —¿Y nos ordena a nosotros que formemos fila para pagar? —Sí señor. —¿Usted cree que estamos cometiendo un delito? —No, por supuesto que no, pero es lo que me mandaron a hacer. —Entonces póngame al habla con el dueño de este banco. —Le puedo entregar el libro de quejas... —Quiero hablar

UNIFORME Pantalón, camisa, corbata

Escuela de Catamarca, desfilando “Hay como una especie de vergüenza de usar el guardapolvo blanco, que también se pusieron para ir a la escuela los abuelos, los bisabuelos” La desaparición del guardapolvo blanco como prenda obligatoria de los alumnos, coincide casi con exactitud con la decadencia argentina y el casi total abandono de la educación en todas sus categorías, niveles, cualidades o como se llamen los escalones de la escuela. Fue una de las formas que halló el Estado Nacional para igualar a los educandos y solucionó para algunos padres, el problema de que a sus hijos se les gastaba la ropa cuando iban a la escuela. Por un lado, se terminaron las diferencias, ya que, si alguien llevaba prendas lujosas o vestía humildes ropas, todas quedaban tapadas por una vestimenta igual para todos. En un tiempo en que no escaseaban las mujeres que sabían usar una máquina de coser, cualquier madre los fabricaba con una tela blanca, aunque fuera una sábana. De paso, cabría averiguar por qué l

LENGUA Cuando el aire de la boca es ruido nomás

Una ley no frena la violencia Cambiar las palabras es fácil, lo difícil es cambiar una realidad dolorosa de muchas mujeres Los que pretenden igualar los derechos de las mujeres con los de los hombres modificando el lenguaje, son iguales a los que quieren cambiar la realidad a golpe de leyes. Como si en el papel o en el aire que producen las palabras, estuvieran las claves de la vida. ¿Falta trabajo en la sociedad?, pues hagamos una ley que diga: “Todos los hombres gozan del derecho a tener un trabajo digno”. El problema es que cada cláusula obligando a alguien a hacer o no hacer algo, debe tener su correspondiente seguro. Es decir, después de la afirmación de que todos gozamos del derecho a tener un trabajo, la ley debería agregar: “Si no lo consiguiera, Fulano de Tal —institución, persona, repartición, comercio, lo que fuere— es responsable de proporcionárselo”. Peor es el caso del lenguaje de género. Porque desde que se intenta implantarlo como obligatorio, aumentaron de manera expon

OPINIÓN Insulto por insulto es resta

Mejor concertar que pelearse Por qué los políticos debieran dejar de agraviarse y convertir la política en un trabajo de acuerdos Hay normas de convivencia básicas para sacar adelante una relación, ya sea de compañeros de trabajo, amigos, conocidos, comerciantes y clientes, novios, esposos, profesores y alumnos. Y políticos por supuesto. Una regla mínima es no responder a una agresión personal con otra. Como cuando alguien dice: “El doctor Equis—Equis es un atorrante, todos recordamos que en el gobierno de los Fulanex cometió varias tropelías, así que debería dejar de criticarnos”. ¿Sabe qué? Si en ese momento Equis—Equis no responde nada, quizás la rueda de los agravios mutuos se detiene para siempre. Hay como una compulsión que lleva a los políticos a descalificarse mutuamente de manera constante. Por obligación, casi. Como que, si se va a dedicar a la política, primero tome clases de insultos de toda ralea, porque si no, su carrera va a ser muy corta. Alguien debiera avisarles que n