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Mostrando las entradas etiquetadas como Olvido

LETRA Supermercado

Supermercado El problema es que siempre me olvidaba de lo que mi mujer me encargaba comprar en el supermercado. Si eran galletitas dulces, no sé por qué elegía saladas, en vez de mayonesa traía mostaza, me confundía el arroz con el fideo, la harina con la maicena, y me enredaba las cantidades de té, mate y café. Siempre la misma historia: volvía del supermercado, ella abría la bolsa y me retaba. A veces me mandaba a la esquina a comprar una Fanta y yo caminaba diciendo “¡una Fanta naranja, una Fanta naranja, una Fanta naranja!”, pero no va a creer, llegaba al kiosco y decía: “Demé una Secco—cola”. Siempre la memoria me tendía la misma trampa. Hasta que un día que me dio muchos encargos, los memoricé tal cual: Mate, café harina, palmitos, yerba, mermelada, cacao, picadillo, paté, caballa, arroz, arvejas, sardinas, atún, choclo y lentejas”. Después le puse música, vendí la lista a Marolio y ya no me olvido más. ©Juan Manuel Aragón

CUENTO No sos vos, soy yo

Solitario Qué pasa cuando uno advierte que le están por dar el adiós en una relación: sabe lo que viene y de alguna manera se aferra, aunque sea a un leve desquite anticipado Me citó en un barcito a la vuelta de su casa y me sonó raro. “Venite a casa, conversamos tranquilos, no hay nadie y capaz que pasa otra cosa”, le respondí. Me paró en seco: “En el barcito a la vuelta de casa”. No insistí, aunque algo me hizo ruido en el fondo del corazón. Recordaba ese mismo tonito de un amor anterior que, después de anunciarme que lo nuestro no iba más porque no teníamos futuro, me dijo las fatídicas palabras: “Necesito un tiempo para estar sola”, “no sos vos, soy yo”, “quiero estar segura”, “ya vas a encontrar a otra que te merezca más que yo”, “me vas a olvidar rápido”. Esta vez iba a ir preparado, no me hallaría sin perros. A veces creo que las mujeres toman la decisión de dejarnos con mucha anticipación. Algunas no todas, un día cualquiera de un año antes de dar un cierre definitivo a la rela

TAPERA Recuerdo del olvido

Hugo Argañarás: "Tapera en Pampa Pozo”, departamento Pellegrini, acrílico sobre fibrofacil “Usted se va y al tiempito todo empieza a cambiar, la Josefa tuvo un hijo, dicen que era de Luisito, el hijo de los Gutiérrez” Después muchas vidas, una tarde que andaba cerca, volví al pago que había sido de la infancia, al viejo rincón que había sabido ser de los abuelos. La casa se había convertido en una triste y oscura tapera con rastros de animales, olor a meada de gatos e inscripciones obscenas, garabateadas con carbón en las paredes, que seguramente pintó algún linyera que se quedó a dormir y dejó rastros de una fogata en el corredor, quizás la única parte con techo seguro que quedaba. El abuelo de mi abuelo, quizás su padre o su abuelo, había llegado a aquel lugar del norte de Santiago, en ese entonces una pampa de pastos con islas de bosque ralo y desierto de cristianos. Levantó corrales, cavó una represa, construyó la casa, compró hacienda, se hizo de un pequeño capital y cuando l

CIUDAD Cómo se llamaba su barrio

Banco Nación en la 24 de Septiembre y 9 de Julio Los lugares van cambiando sus nombres al compás del capricho de los burócratas En Santiago del Estero había topónimos muy bonitos españoles, quichuas y overitos. El barrio del oeste, al que la Municipalidad le puso de nombre “Congreso”, se llamaba “Cantarranas”. A los grandes señores que gobernaban la ciudad les debe haber dado vergüenza tener un lugar con ese nombre tan hermoso. Debía su mote este sector de la ciudad, a que, como estaba en las afueras, había cortadas de ladrillos. Cuando llovía, los pozos de los ladrilleros se llenaban de agua y el lugar se convertía en un auténtico y verdadero palco para oir cantar las ranas. Quizás le pusieron barrio Congreso para honrar la democracia, cuyas leyes se cuecen en aquel lugar de Buenos Aires, que alberga a diputados y senadores nacionales. Pero si les daban a elegir a los santiagueños, le hubieren seguido llamando de la forma tradicional, no tenga dudas. Hacia el norte quedaba Cachi Pampa