Día húmedo, óleo de Absalón Argañarás Qué pasó en el pueblo la vez que eligieron a uno que venía de afuera de los partidos políticos que siempre disputaban una carrera cuadrera Juan José Pereiro, llegó a ser intendente del pueblo, hace muchos años, porque la gente se había hartado de que le mintieran, la engañaran, la estafaran, la traicionaran. Para una dura elección, se montó en la esperanza de un cambio, de aire fresco en la comuna, de renovadas ganas de hacer las cosas bien, como dicen. Fue quien unió al pueblo en un solo grito de clamor, de tres palabras que terminaron por un largo tiempo con las reyertas que siempre surgen en las pequeñas villas de la provincia. Fue el primero que habló de un cambio total de las reglas del juego. “Así no podemos seguir”, decía, mientras enumeraba los males que habían retrasado el progreso. Muchos, sobre todo los jóvenes, se dijeron que era lo que se precisaba, sacudirse de la modorra pueblerina que lo acogotaba, lo ahogaba y no lo dejaba crecer.
Cuaderno de notas de Santiago del Estero