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Mostrando las entradas etiquetadas como Daño

CUENTO Cuando me toque

Hombrecitos verdes Qué sucede el día que finalmente lo vienen a buscar, contado en primera persona por un ocridio Cuando se llevaron a los salmodianos no me hice drama, nunca he sido de ellos. No dije nada, me quedé en el molde, seguí con mi vida. Luego vinieron por los tradens: recuerdo que esa noche le pregunté a mi regente si tenía algún pariente salmodiano. Ella había estado mirando la tele y me reclamó: “No vayas a hacer líos, vos, ¿eh?, no nos da el cuero como para que te tires de héroe”. Le respondí que no, qué otra me quedaba. Durante ese tiempo pensé mucho en los salmodianos y los tradens, dónde los llevarían, qué les harían, cómo sería ese otro mundo, si es que lo había. Al tiempo nos enteramos de que también estaban exterminando a los mirabilia y ahí me afligí porque recordé a un compañero de la escuela que era de la rama mirabilia, pero del barrio sur, quizás zafó, me dije, pero iba a ser una excepción muy, pero muy inusual, porque agarraban a un grupo y no dejaban a nadie.

RAZONES Por qué dañar los árboles

Costanera nueva “Casos se han visto en algunos barrios de Santiago, de vándalos que incendiaron una unidad de atención de la salud, una posta sanitaria” El interés es la medida de las acciones, dicen algunos. Se expresa también como que siempre que alguien hace algo es por una razón. Pocas veces la gente hace cosas porque sí nomás. Siempre hay alguna razón, aunque la oculte, no la reconozca o, incluso, no sepa que la tiene. Quien roba algo, es porque lo necesita y no halló otra manera de obtenerlo que quitándolo al prójimo. El caso típico es el del pobre infeliz que hurta un pedazo de pan o una manzana, cegado por el hambre. Aunque no se justifica, al menos tiene una explicación- Quien haya estado privado de alimentos durante mucho tiempo, sabe que es una sensación insoportable. Siempre el robo fue a otros. Pocas veces se ve el desapoderamiento de algo que es propio, solamente para destruirlo. Como meter la mano en un bolsillo, sacar dinero y romperlo, pero no como un alarde de rique