Agua de la canilla La tilinguería moderna se esfuerza en parecer culta y transformó la simpleza del sifón en un negocio de botellas plásticas ¿No ha notado amigo que de repente las ciudades y pueblos de la Argentina se vaciaron de agua? No existe más la que venía en el caño. Los usuarios la desprecian, la tienen a menos. en algunas casas han llegado a comprar un dispensador al que deben llenar con un bidón que bajan de un camión que la cobra bastante carita. La han puesto en un lugar de victimaria que no se merece. En los últimos tiempos, si a uno le agarra dolor de panza, no se culpa a los alimentos que comió sino, directamente, al agua. —Siempre me he mandado ocho platos de locro y nunca me pasó nada —dicen— debe ser porque no lo bajé vino sino con agua, uno de estos días me va a matar. El mundo entero anda por todas partes con su botellita en la mano, ¿ha visto? Si pregunta por qué, dirán, como es lógico: “Por si me da sed”. Oiga, se entiende la necesidad de llevarla en una salida d...
Cuaderno de notas de Santiago del Estero