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Mostrando las entradas etiquetadas como Peteco

CARABAJAL Los tres Petecos de la historia

El tercer Peteco de la historia Antes del conocido Peteco Carabajal, hubo otro que también llevó su apodo y antes de él, otro más, y  Chaca como hilo conductor Lo que pocos saben de la historia es que antes de Peteco Carabajal, hubo otro Peteco y antes de él, otro más y son esas leyendas que circulan en las familias, pasando de generación en generación, siempre recordadas y perpetuadas en las voces de quienes las atesoran para siempre. A Eduardo Carabajal le dicen “Chaca”, desde pequeño, y la historia de por qué le quedó el apodo sí es sabida por muchos. Cuando era chico, su tío Carlos no andaba muy bien económicamente. La música, el arte es así, o, lo que es lo mismo, los Carabajal no eran tan conocidos como se hicieron después de mucho andar. El padre de Zita, la esposa de Carlos, trabajaba en una panadería y le enseñó al yerno a hacer chipacos. Dicen que le salían muy ricos, crocantes y sabrosos. Y lo mandaban a Eduardo, entonces muchacho de unos diez años, a venderlos en un can...

BONAFIDE Recuerdo a Leo Dan

En la confitería Bonafide del centro de Santiago durante el homenaje a Leo Dan. Aparecen Peteco Carabajal y Las Voces del Salitral, Cuti y otros. Un mañana del jueves distinta en el centro Un espontáneo homenaje se armó en una de las esquinas más tradicionales de Santiago, para honrar a un representante de estas tierras *Por Juan Gómez Santucho Ocurrió. Hoy a las 11 en la confitería Bonafide (Independencia y Avellaneda) un grupo de santiagueños presididos por Peteco Carabajal y las Voces del Salitral, Cuti Carabajal, le rindieron homenaje a Leo Dan. Creo que está de más hablar de Leo Dan, por que sí. Ocurre que se fue el santiagueño que como nadie representó y si se quiere un embajador de lo nuestro. A voz abierta cantaron primero aquello, “que Atamisqui no me olvido, aunque diez veces me muera”. La pucha con el hombre. Una confesión creíble si uno repasa su andar santiagueño por el mundo. Fue el representante genuino de nuestra santiagueñidad. Qué es la santiagueñidad, si no es la hum...