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El tercer Peteco de la historia |
Antes del conocido Peteco Carabajal, hubo otro que también llevó su apodo y antes de él, otro más, y Chaca como hilo conductor
Lo que pocos saben de la historia es que antes de Peteco Carabajal, hubo otro Peteco y antes de él, otro más y son esas leyendas que circulan en las familias, pasando de generación en generación, siempre recordadas y perpetuadas en las voces de quienes las atesoran para siempre. A Eduardo Carabajal le dicen “Chaca”, desde pequeño, y la historia de por qué le quedó el apodo sí es sabida por muchos.Cuando era chico, su tío Carlos no andaba muy bien económicamente. La música, el arte es así, o, lo que es lo mismo, los Carabajal no eran tan conocidos como se hicieron después de mucho andar. El padre de Zita, la esposa de Carlos, trabajaba en una panadería y le enseñó al yerno a hacer chipacos. Dicen que le salían muy ricos, crocantes y sabrosos. Y lo mandaban a Eduardo, entonces muchacho de unos diez años, a venderlos en un canasto.En el fondo, debajo de los chipacos, llevaba una guitarrita de plástico, a la que le había puesto unas cuerdas. Por ahí alguno lo llamaba desde la puerta de su casa.
—Te compro un chipaco, pero si me lo cantas Chackay manta.
Para quien no lo sepa, “Chackay manta”, es una chacarera de amor, de Víctor Ledesma, con música pegadiza y letra inocente, que popularizaron los hermanos Ábalos a mediados del siglo pasado. Era la única que Eduardo Carabajal se sabía de memoria.
En algunos barrios de La Banda, al muchachito que la cantaba con tal de que le compren un chipaco, lo empezaron a conocer como Chaca y su sobrenombre es tan popular que hoy mucha gente no sabe cómo se llama realmente. Y no importa, si cuando le dicen Chaca, él siempre se da vuelta y responde.
Chaca, en sus tiempos de concejal bandeño |
A Chaca ya le decían “Chaca” y tenía unos 12 años, cuando murió su pequeño primo Peteco. Lo enterraron en el cementerio de La Banda, en uno de esos catres colectivos, tan comunes en todo el norte al menos. Detrás de un vidrio estaba el cajoncito y ahí Chaca puso su guitarrita de plástico, con la que se ganó el mote que lo hizo conocido.
Al tiempo Carlos tuvo otro hijo, al que puso por nombre Carlos Oscar Carabajal y quizás en honor a su hermanito muerto o tal vez recordando a aquel músico chaqueño, también le puso “Peteco”, como apodo. Y es el que se conoce hoy en Santiago, la Argentina y gran parte del mundo que ama la buena música.
Y es el tercer Peteco de la historia.
Pero, si no cree, vaya y pregúntele a Chaca.
Él le va a decir.
Juan Manuel Aragón
A 15 de abril del 2025, en la Autopista. Pedaleando duro.
Ramírez de Velasco®
Me ha gustado particularmente esta información, compartida en forma amena y breve, como es el estilo de Ramírez de Velazco. Víctor Manuel Ledesma y/o Los Hermanos Ábalos, en el nombre de la chacarera habrán querido poner la palabra quichua chackaymanta (de allá, desde allá) y alguien ha escrito Chackay (por cháckay, allá en quichua) y la palabra castellana manta (cobertor rectangular para la cama o para cubrirse los hombros y la espalda).
ResponderEliminarEl padre de Doña Zita, don Ernesto Correa amasaba pan casero junto a su esposa doña Toribia y vendía en el vecindario. Su especialidad era "pan cacho", por eso en la ojeras de entrada de su casa había un cartel que rezaba "Cacheria los dos lios de E. Correa" y estaba situada en la calle Romualdo Gauna en el barrio Villa Juana de La Banda. Mis abuelos maternos y mi madre vivían a dos casa de la flia Correa y fue ella la que me relató esa historia. Bien por "los petecos" mi mamá conoció al bebé que murió.
ResponderEliminarDonde dice "ojeras" debe decir "puerta".
ResponderEliminarChe , y nadie hace un comentario sobre como afrontaban la pobreza ? Cómo debían luchar contra las estructuras del privilegio ? Cómo es que un chico tenía que salir a trabajar, a enfrentar humillaciones? Y como finalmente ascendió Chaca, socialmente porque un político lo puso en las listas, porque era querido y traería votos. Tuvo suerte pudo movilizarse en forma ascendente, otros la mayoría no pueden. Que análisis superficial, lamentable, muy de pequeño burgués, triste comprobar la indiferencia de estos muchachos. Prefiero a Peter Capusotto, por lo menos es una sátira. Soy anónimo, el de la Bolivia.
ResponderEliminarChe Anónimo, contalo vos con tu nombre y apellido a ver si sos tan machito , dale ilustranos con todo lo q sabes y firmalo
EliminarJorge Gomez,debes ser Zamorista,solo los Zamoristas ponen su nombre en Sgo,y tu eres muy valiente ,si?
EliminarMuy amena crónica, Juán Manuel. Evidentemente gente muy querida por su calidad como músicos, además de ser personas de condición sencilla, amantes de su tierra y sus costumbres.
ResponderEliminarEres siempre condescendiente con el dueño del sitio,¿nunca una opinion imparcial?
Eliminarsi ¡¡¡ tienes razon,parece que forma el "elenco estable"de los admiradores de Aragon.....(son siempre los mismos)
EliminarLas Penas con un buen mate y un chipaco,son menos..........
ResponderEliminar!!!MMMMM ¡¡ Folkloristas que mezclan politica y musica(uno fue secretario de cultura y el otro diputado de no se que),!!que mal olor sale de la bondad profanada ¡¡¡¡
ResponderEliminarsi¡¡¡ y despues viven afuera,en Miami o Bs As......¡¡¡
Eliminar!!!Empiezan por la Izquierda y terminan en la derecha ¡¡¡¡
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