Ir al contenido principal

LEYENDA El cumpleaños de la tortuga

Tortuga santiagueña

Nota periodística que cuenta en primera persona cómo sobrelleva sus años este animalito de los campos santiagueños


Mucho tiempo antes de su cumpleaños 120, la tortuga empezó a organizar una fiesta para reunir a los animales del bosque a acompañarla a soplar las velitas. Organizar un festejo no es fácil, hay que dejar seña en un lugar para reservarlo, contratar el servicio de vajilla, fijarse quién cocinará, mandar las invitaciones, hablar con el que pondrá la música y el fotógrafo, pagar la tasa municipal y preguntar cuánto cobran Sadaic y Aadicapif (o como se escriba), porque si le caen esa noche, le pueden arruinar la joda. Y mil detalles más, decoración, centros de mesa, músicos, ubicación de los invitados.
Lo que va a leer al final de esta crónica es un asuntito que excede el folklore, los mitos y leyendas del bosque santiagueño, el omnipresente quichua con el que mezclamos el español nuestro de cada día, el cancionero y esos otros recuerdos del pago que buscan los que se fueron alguna vez y añoran volver a lo que fue. Pero, sigue la historia de la tortuga.
Paciente y rigurosa, anotó lo que debía hacer, le pidió ayuda a su amiga corzuela y se pusieron a organizar. “Vos vete a la Municipalidad, pregunta qué papeles hay que llevar y cuánto hay que pagar, yo voy yendo a ver dos o tres salones de fiesta”, pidió la tortuga. A la semana tenían un panorama de lo que se iba a gastar en la fiesta. Cuando vio los números no se asustó, había ahorrado toda una vida para ese día. Capaz que le sobraba plata y todo.
Y así llegó el día de la fiesta. Se hizo en una cueva de la ampalagua, acondicionada para estas  ocasiones, que ahora se llamaba “La Salamanca”, ahí también se había casado el león y el suri había festejado el bautismo de sus hijos, así que todos la conocían.
No hubo en el pago fiesta más recordada que aquella. Los animales bailaron, bebieron, comieron y se alegraron hasta el mediodía siguiente y todavía hubo algunos que siguieron en otros boliches. No hubo un sí ni un no entre bichos que en el monte son desayuno, almuerzo, merienda o cena de los otros. Para festejar a la buena y mansa tortuga todos se hicieron amigos por un rato y olvidaron viejas ofensas, agravios pasados, insultos, humillaciones y burlas mutuas.
Casi todas las noticias importantes tardan en llegar a los diarios y esta no fue la excepción. Cuando en la redacción se enteraron, me dijeron: “Vete a averiguar, fíjate si puedes *boguear en la fiesta”. Pero cuando llegué ya había pasado como un mes de los festejos. Entonces me fui a visitarla a la tortuga para que me relate la celebración, a ver si hallaba algún dato de color, porque contar la joda de hace un mes no tiene ninguna gracia.
Llegué, me hizo pasar, me dijo que estaba por matear, si la quería acompañar. Le dije que sí, por supuesto. Y me contó más o menos lo que había sido aquello. Después me dijo unas palabras que me extrañaron. “Envidio a los hombres”. Le pregunté por qué y encendí el grabador.
“Ustedes viven solamente 80 años, 90 cuanto mucho y a los 100 llegan muy pocos. En cambio, yo tengo 120 años y estoy en la flor de la edad, me faltan otros 120 y la yapa, si es que llego a vieja. He visto mucho y la cabeza, que no envejece, es como que no quiere ver más. Cuando he nacido en el pago no había electricidad ni autos ni teléfonos ni ruidos raros. El mundo era previsible, de este lado estaban los buenos, con algunos malos, por supuesto y de allá venían los malos, entre los que había algún bueno también.
“Aunque usted no lo crea, con los años uno empieza a creer que vivir cansa y vivir mucho cansa más todavía. Se van las ilusiones de la juventud y cuando se despierta a la mañana no piensa en las sorpresas que le depara la vida sino en las malas noticias que pasarán en la radio. Duelen los huesos y también músculos y partes blandas que uno ni siquiera sabía que tenía.
“He sido amiga del zorro y todos los días salía a tomar un café con la acatanca, pero se murieron y ya no tuve con quién conversar de asuntos de mis tiempos mozos. Ni siquiera comparto códigos con los animales de ahora, hablan de sucedidos que no me interesan. A veces digo ´ahá´, por cortesía nomás, porque a mi edad no voy a hablar de celulares, chips ni esos bailes que parecen muñecos que les ha agarrao la corriente o esas comidas con más grasa que lechón cebao.
“Me cambiaron hasta la religión para hacerla más moderna, más onda ´new-new´, dejó de haber misas en latín, los curas le dieron la espalda al Santísimo, me hicieron confundir con el Padrenuestro, que ahora no perdona deudas sino solamente ofensas, vé po vos, se sacaron las sotanas y permiten que las mujeres vayan semidesnudas a misa. Bueno, si se le puede decir misa a la fiesta ordinaria que hacen ahora, con globos, matracas, guitarras y panderetas. Al quitarle solemnidad la hicieron una joda en la que, para peor (o para mejor, vaya usté a saber), ya pocos creen y menos asisten. A los curas machazos de antes los han reemplazado con otros que descreen del sexo y sostienen que hay género, como si estuvieran en *casa Marhe. En los tiempos de antes culpaban que un cura andaba con una o con otra en cosas pecaminosas, pero ahora… malhaya, mejor me callo.
“He visto pavonearse a políticos de toda laya, y no hubo uno que no creyera que duraría para siempre. Todos suponían y suponen que lo que dicen son pensamientos inteligentes, sesudos, clarividentes y, ¿sabe qué?, primero que se repiten unos a otros, generación tras generación, segundo todos creen que van a lograr una transformación, la revolución, lo que sea, si no llegan es por culpa de los demás y cuando llegan lo único que les importa es mantenerse arriba sin que nadie los tumbe. Algunos duran mucho, otros poquito, al final todos pasan y se van. He visto morir a los más importantes del siglo pasado y a algunos de este también.
“El otro día en la fiesta me di cuenta de lo cambiado que está el bosque santiagueño, no solamente por los bailes y las comidas, sino también porque estamos quedando poquitos. Diga que en esta parte han tumbado algún que otro quebracho y al resto lo han dejado y no sé por qué. Ya no hay cuervos en los campos, con lo útiles que eran para limpiar las osamentas, quedan dos o tres leones, un solo tigre, media docena de corzuelas, el panorama del quirquinchaje es desolador. A la final en la joda éramos unos cuantitos, todos farristas, sí, pero poquitos.”
Después se quedó callada. Dijo que se amargaba la vida hablando de estas cosas, pero, de última, había tenido suerte porque nunca la habían pillado para llevarla al patio de una casa, a ser mascota de algún mocoso maleducado o de amas de casa convidándole lechuga, comida que odia con la furia de los esclavos, porque sabe que es alimento de la servidumbre. “Dejemé con mis pastitos duros y escasos, pero libre", me dijo.
Al final cuando me iba, prometí que volvería a visitarla. En el diario no quisieron la nota. “Si no era la fiesta, para qué queremos las reflexiones de una vieja amargada”, dijeron. Al año volví a visitarla, pero ya no estaba ni ella ni el bosque ni los demás animales ni seña de dónde había sido su casa. En cambio, había una chacra inmensa, de miles de hectáreas de tierra. Entré para ver si había rastros, y *maimanta. Quise robar unos choclos, aunque sea y llevarle a la patrona para que haga humita, pero recién estaba *muñequeando.
©Juan Manuel Aragón

Vocabulario
*Boguear: Entrar de colado, andar de colado.
*Casa Marhe: Famosa tienda de venta de géneros en Santiago // Autor, junto a Yubrín, de la famosa chacarera “Mucha tela para cortar”.
*Maimanta, nada.
*Muñequear: La mazorca  de maíz recién  nacida, sin granos.

Comentarios

  1. Una preciosura. Me encanta . Me lleva a la infancia . Gracias

    ResponderEliminar
  2. Muy lindo cuento. Te felicito Juan.

    ResponderEliminar
  3. Excelente relato, Juan Manuel. De muy profundo contenido y con muchas prouestas para reflexión. Ojalá que aunque no comenten, sirva a los lectores para meditar sobre todo lo que el artículo sugiere.

    ResponderEliminar
  4. Me sentiria muy complacido si fuese pariente de la tortuga para vivir muchos años más y así disfrutar del "calorcito" Santiagueño de Diciembre, Enero y Febrero.
    Fiestas cómo la de la tortuga por suerte tengo más de mil en mis recuerdos y a mí también se me "fueron" varios seres queridos y por suerte también se fuerón un par de adversarios, solo espero que la "parca" demore mucho en encontrarme, mientras tanto bailaré unas chacareras y tomaré unos tintos para prolongar mí existencia, cómo la tortuga.

    ResponderEliminar
  5. Alta pluma la del autor.

    ResponderEliminar
  6. Muy buen artículo y todo lo que encierra.Felicitaciones!!!

    ResponderEliminar
  7. Magistral! Me recuerda a los escritos de su SEÑOR padre

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares (últimos siete días)

AVÍOS Sin falsos cacareos

La entrada de Hernán Cortés en México, de Augusto Ferrer-Dalmau Traída por los españoles, adoptada por los indios, olvidada por el idioma; una historia de hambre saciado sin templos ni abalorios Ignorada por casi todos, junto con los curas, me encargué de que los indios no se comieran los unos a los otros como estaban acostumbrados. Usted dirá que practicaban la antropofagia porque tenían religiones macabras que los obligaban a ello, aunque también puede ser porque les faltaban proteínas y vine a suplir esa falta. Después me convertí en algo común y corriente: en todas las casas siempre había varias, en algunas llegó a haber cientos. Soy fácil de mantener, a cualquier clima me acostumbro. Vivo en los Andes y en el llano, en el pantano, en el secadal, en el bosque y en el chaco, en el campo y la ciudad, siempre al lado del hombre, nunca lejos de él. Los españoles me trajeron a América en sus barcos y luego me llevaron por dondequiera que anduvieran, avío de sus correrías, despertador de...

CACERÍA Un solo dentre (con vídeo)

Chancho (pecarí) en el camino Aguaita a un chancho del monte mientras espera a la morocha antes de subir a su casa, un hombre ante su última oportunidad A veces se imagina como un campesino: ha perdido su trabajo de tractorista en una finca sembrada de soja. Vive en el mismo lugar que habitaron sus padres y sus abuelos. Morirá en este rincón perdido de Santiago del Estero y lo sabe. Ya no le molesta la suerte perra. Le molesta que en su casa falte azúcar, yerba, arroz, fideo, zapatillas para los chicos. Y, sobre todo, carne, una sabiduría en la sangre le avisa que la proteína es fundamental en la dieta. Descuelga la escopeta del gancho detrás de la puerta. Busca el último cartucho de la casa. Se larga al bosque cercano a ver qué caza. Vive en una provincia que, muchas veces —más de las que quisiera—, se ha convertido en un lugar de pobres corazones solitarios. El edificio es lindo. Se terminó de construir hace poco, en pleno centro de la ciudad. Sube por las escaleras a su casa, en el...

1905 AGENDA PROVINCIAL Rava

Horacio Germinal Rava El 15 de agosto de 1905 nace Horacio Germinal Rava, abogado, poeta, escritor, socialista, apasionado por la cultura El 15 de agosto de 1905 nació Horacio Germinal Rava en Santiago del Estero. Fue un abogado y escritor, cuya vida transcurrió en su ciudad natal hasta su muerte el 16 de junio de 1994. Su existencia estuvo marcada por una profunda dedicación tanto a su profesión jurídica como a su pasión por las letras y la cultura. Desde joven, mostró un interés notable por combinar su formación académica con un compromiso social que lo llevó a desempeñar papeles diversos, dejando una huella significativa en la sociedad santiagueña. Ejerció como abogado, pero su labor no se limitó al ámbito legal. También desarrolló una intensa actividad cultural y social que lo convirtió en una figura influyente en el norte argentino. Fue profesor de la Universidad Nacional de Tucumán y la Universidad Católica de Santiago del Estero, en las que transmitió su conocimiento y valores a...

CUARTIROLO El sabor que se esfumó

El recordado cuartirolo De las pizzas gruesas y contundentes de antes a las finitas de hoy, historia de un cambio que no tiene vuelta De viejo uno se viene a enterar de que en la Argentina no se fabrica más el queso cuartirolo de la infancia, el que traía maicena en la cáscara, con ese gustito tan rico que sabía tener. Resulta que es oriundo de la Lombardía, Italia, y tiene denominación de origen protegida desde 1996, que es más o menos el tiempo en que dejó de aparecer en los almacenes de este bendito país. Se lo produce desde el siglo X, cuando se elaboraba al final del verano con leche de vacas alimentadas con "erba quartirola", el pasto fresco que crecía luego del tercer o cuarto corte de heno, antes del invierno, en los valles prealpinos de Lombardía. Esta hierba, rica y aromática, confería a la leche un sabor distintivo que lo cubría, y de ahí su nombre. Aquí ha pasado a llamarse cremoso, para no embromar a los productores lombardos, en el entendimiento de que las amas ...

ESTRELLAS Orión el pintudo

Dibujo estilizado de la Constelación de Orión Algunas señales que entrega el Cielo sobre el fin del mundo que conviene tener en cuenta, en una de esas está más cerca de lo que nadie imagina Betelgeuse es una estrella alfa de la constelación de Orión. Para hallarla, amigo, si esta noche está despejado, tire una perpendicular a las Tres Marías hacia el nordeste. Si quiere ubicarla mejor, en Orión viene a ser el hombro de su brazo armado. Es de color rojizo y por su espectro se la clasifica como estrella supergigante de baja temperatura. Cuando viaje  para verla de cerca, sabrá que debe recorrer unos 300 años luz, pero deberá tener cuidado para no errarle cuando esté llegando, pues se aleja a una velocidad de 20 kilómetros por segundo. Es el grupo de estrellas que cualquier niño reconocía al instante cuando miraba el límpido cielo de antaño, al menos en Santiago del Estero. Además de Betelgeuse, el cuerpo de Orión también está formado por Rigel, supergigante azul-blanca, el pie izqui...