Fray Francisco de Victoria |
El 9 de noviembre de 1592 muere Francisco de Victoria, religioso dominico, primer obispo de Santiago y autor de la primera exportación de estas tierras
El 9 de noviembre de 1592 murió Francisco de Victoria. Fue un religioso dominico nacido en Portugal cerca de 1540, uno de los que introdujo el cristianismo en América. primer obispo de estas tierras de 1578 hasta que se murió y promotor de la industria local.Se sabe poco sobre sus orígenes, aunque se presume que pasó su infancia en España, a pesar de haber nacido en Portugal. Su familia, de origen castellano, era judía, pero se convirtió al catolicismo debido a las órdenes de expulsión de los judíos de España. Este dato aparece en las fuentes jesuitas, ya que Victoria mismo declaró que tenía parentesco con el padre Diego Laínez, el segundo general de la Compañía de Jesús, quien también era considerado un cristiano nuevo.En su juventud, en busca de mejores oportunidades, Francisco de Victoria se trasladó al Virreinato del Perú, y se dedicó al comercio. Sin embargo, su carrera en los negocios no tuvo éxito, lo que lo llevó a ingresar a la Orden de los Predicadores en 1560. Cursó estudios religiosos y se ordenó como fraile, obteniendo el título de maestro en Teología.
Su capacidad intelectual pronto lo destacó. Reginaldo de Lizárraga, compañero de noviciado, lo describió como un hombre “docto y agudo”. Gracias a su notable inteligencia, los dominicos del Perú lo enviaron a representar a su orden en Madrid y en Roma, donde trabajó como representante legal ante la Curia Romana.
Su habilidad para gestionar asuntos de la Iglesia le permitió ganarse importantes amistades en la corte, lo que le abrió la puerta para que, en 1577, el rey Felipe II lo recomendara como candidato a obispo de la recién fundada diócesis del Tucumán.
Asumió el control de su diócesis en 1582. Desde el principio, mostró gran celo por visitar las ciudades y mejorar la moralidad entre los sacerdotes y frailes. Su labor incluyó la construcción de la primera catedral en Santiago del Estero, aunque se trataba de una estructura muy simple. Sin embargo, su relación con el gobernador Lerma se deterioró rápidamente debido a conflictos de poder. Las tensiones entre ambos fueron tan graves que en un momento el obispo decidió suspender todos los oficios religiosos en la provincia, lo que provocó que Lerma amenazara con ejecutarlo.
También se involucró en los asuntos eclesiásticos de mayor envergadura. En 1583, asistió al concilio provincial de Lima, convocado por el arzobispo Toribio de Mogrovejo. A pesar de su oposición a algunas de las reformas propuestas, el concilio aprobó una serie de medidas en consonancia con las conclusiones del Concilio de Trento. Durante su estadía en Lima, se percató de que los misioneros en el Tucumán eran insuficientes para evangelizar a los indígenas, por lo que invitó a los jesuitas a unirse a su labor. Así, los padres Francisco de Angulo y Alonso de Barzana fueron enviados a la región.
El obispo regresó a Santiago del Estero en 1585, tras la destitución de Lerma, y retomó sus funciones pastorales. Sin embargo, poco después excomulgó al nuevo gobernador, Juan Ramírez de Velasco (el numen de esta página), tras negarle algunos pedidos de caballos y comida. Estos conflictos, sumados a sus problemas de salud y la escasez de recursos en la diócesis, lo llevaron a presentar su renuncia al cargo en varias ocasiones, aunque nunca fue aceptada formalmente. En sus informes al rey Felipe II, mencionaba la falta de clérigos, la extensión territorial de la diócesis y la pobreza de la región como razones para su renuncia.
También tuvo un papel destacado en el desarrollo económico de la región. Si bien se le criticó por dedicarse más a los negocios que a sus responsabilidades pastorales, su trabajo como comerciante fue clave para el comercio entre el Tucumán y Brasil. Organizó exportaciones de productos textiles y agropecuarios, a pesar de que algunos de sus envíos incluían contrabando de plata. Este comercio ilícito fue denunciado en varias ocasiones, pero las autoridades no tomaron medidas contra él.
En 1587, organizó la primera exportación de productos desde el Tucumán hacia Brasil, lo que lo convirtió en un precursor del comercio entre ambas regiones.
A lo largo de su vida mantuvo una relación tensa con las autoridades civiles y eclesiásticas, pero logró dejar un legado duradero en la evangelización y el desarrollo económico del Tucumán. Su gestión como obispo se vio marcada por su capacidad para enfrentar adversidades y su habilidad como comerciante. Sin embargo, sus constantes conflictos y su inclinación por los asuntos materiales lo distanciaron de sus responsabilidades pastorales, lo que llevó a una reputación ambigua.
A pesar de sus intentos de renunciar, murió en 1592 sin haber conseguido su retiro formal. Tras su fallecimiento, se designó a fray Hernando de Trejo y Sanabria como nuevo obispo del Tucumán. Entre sus últimos actos, se cuenta el encargo de imágenes religiosas que, tras su muerte, protagonizaron eventos milagrosos en lo que hoy es Salta, lo que consolidó su figura en la memoria histórica de la región.
Es recordado tanto por su labor evangelizadora como por su capacidad para impulsar el comercio en el Tucumán. A pesar de sus defectos y controversias, su obra en la educación, la evangelización y el comercio dejó una huella profunda en la región y lo coloca como una figura clave en la historia de la colonización.
Por qué renunció al obispado
“… En toda aquella prouincia no ay oro, ni plata descubierto hasta oy y como en la tierra ay esta pobreza no ay quien quiere del eclesiástico entrar en ella, y ansi para ciento y cincuenta mil almas que ay en la provincia y en sus arrededores solo abra veinte y cinco mil christianos pocos mas o menos, y destos mas de las dos partes no se han confesado ni se confisan por no auer quien lo haga de manera que serán menester en toda la diócesis por lo menos cinquenta sacerdotes y fuera de los que prendió el gouernador, no quedaron mas de dos glerigos, y después que yo salí el vno fue huyendo de la furia del que gouierna al Paraguay y el otro se murió y solos quedan en la tierra hasta doze frailes de las tres órdenes mendicantes toda la prouincia quedó despoblada de sacerdotes clárigos y si en las indias ay lugar a donde se padesce necesidad, es en aquella tierra por valer una vara de lienço seis pesos y vna de paño veinte y por esta causa está ymposibilitados los Prelados a tener ministros con que prediquen el Santo Euangelio y propagen la fee católica, y descarguen vuestra conciencia Real y la suya. ayuda a este aver en todo este distrito mas de veinte lenguajes mas distintos que el griego y el latino que solo auia de mouer a que los desprendiesen los clérigos, o grande feruor y zelo de la ley de dios y charidad del próximo o mucho premio temporal y el premio falta en esta tierra por las razones dichas, y las imperfecciones con que viuen aca los hombres no les da lugar a tomar empresas de tanto quilate y sanctidad como es solo por dios tratar de cosas tan difficultosas… y pues yo por falta de ministros y por las dificultades que digo arriba de las lenguas diuersas nopuedo descargar la conciencia en lo que toca al officio Pastoral. Suplico auuestra magestad me haga merced acete la reunciacion que con esta imbio del obispado…”
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
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