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Mostrando las entradas etiquetadas como Yupanqui

CASOS Mentiras en las letras del folklore*

Carros cañeros en Tucumán “El payador perseguido”, la “De Simoca” y “El Corralero”, impugnados por errores formales que trascienden las metáforas Hay casos en que las letras del folklore le erran. No son metáforas felices, no son figuras retóricas, son cosas que dice alguien que ignora las reglas básicas de la vida, la lógica, la física y hasta la química, si me apuran un poco. No es por tirarme de qué, pero hallé tres casos patentes de errores en lo que dicen los folkloristas, que bien dan para una nota. Que es la que sigue: Dice Atahualpa: “Yo sé que muchos dirán // que peco de atrevimiento, // si largo mi pensamiento // pal rumbo que ya elegí, // pero siempre he sido así // galopiador contra el viento.” La primera vez que oí el Payador Perseguido, tendría ocho o nueve años. Y eso del “galopiador contra el viento”, nunca me gustó, qué quiere que le diga. ¿Qué significa el vate con esas palabras?, ¿que tenía pensamientos distintos del resto?, ¿que nadaba contra la corriente? Bueno, si...

DELINCUENCIA Apología de un ladrón

Gallinas en el árbol “Dicen los que saben, que en las leyes del hampa este oficio figura en el último peldaño de la escala social” El ladrón de gallina es un humilde trabajador nocturno. Es posible robarlas de día en un descuido de las amas de casa, pero es más fácil ampararse en las sombras de la noche luego de haber estudiado convenientemente el árbol al que trepa el ave para dormir, atraparla de un solo manotón, ponerla en una bolsa y huir raudamente con ella bajo el brazo. Algunos disimulan y silban bajito, por las dudas. Dicen los que saben, que en las leyes del hampa este oficio figura en el último peldaño de la escala social, debajo incluso de la del soguero, quien —como su nombre deja traslucir— es el que hurta ropa tendida en el alambre del fondo de las casas, en la soga, báh. De vez en cuando el soguero se apodera de un caro par de zapatillas, una camisa o un pantalón de marca o, aunque más no fuere, el corpiño de una de las bellezas del barrio, que luego obsequiará a su novi...