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Mostrando las entradas etiquetadas como Viejo

RELATO Vos

Escrituras mañaneras "…te aburres un poco, ya sabes cómo sigue, lo cierras, te fijas si la ropa de la soga se terminó de secar, observas un rato cómo el sol va pintando los techos…" Ayer, como todos los domingos te has levantado bien temprano, antes de que aclare el día. ¿Mañas de viejo? Puede ser, te dices. Y empiezas una rutina que se viene repitiendo los días de guardar, días para olvidar, días para regalar, todos los días desde que has empezado a sentir que estás arribando a esa edad en que el traje de viejo te queda como pintado. Das vueltas por la casa, te fijas si hay algo para picar en la heladera, pospones un rato tomar la pastilla, das otras vueltas por las dudas, tapas bien a la patrona, te fijas si los chicos siguen respirando normalmente, pones la pava para el mate, enciendes la computadora, riegas la sagitaria, el malvón y las otras plantas que andan de incógnito en tu jardín porque nunca les vas a aprender el nombre y mucho no te interesa saberlo, tomas la past...

CUENTO El moribundo y las empanadas

Campesino cubano “Un rato antes de la hora señalada, el aroma de empanadas recién salidas del horno lo despertó de un sopor profundo” Como última opción trajeron al viejito a hacerlo ver con el médico. Ya había pasado por las manos de todas las curanderas del pago. Una indicó que tenía “un aire”, otra dijo que “le habían hecho el mal”, cosas así. Cuando el hombre empeoró del todo, lo metieron en un auto para traerlo a Santiago. El médico lo dejó internado y mandó hacer unos análisis. Al día siguiente, con los resultados en la mano, reunió a los parientes y les dijo que tenía una enfermedad terminal. “No creo que pase de mañana”, anunció. Un pariente, quizás demasiado puntilloso preguntó: “¿Como a qué hora, doctor?”. El médico respondió que creía que se cortaría del todo a eso del mediodía, a lo sumo le daba hasta las 2 de la tarde, pero no más. También les insinuó que más les convenía llevarlo al campo, para evitar el traslado del cuerpo, los trámites, el papeleo, contratar un servicio...

2002 ALMANAQUE MUNDIAL Fuentes

Erneste Hemingway y Gregorio Fuentes El 13 de enero del 2002 muere Gregorio Fuentes, pescador conocido por haber sido personaje de El Viejo y el Mar, novela de Erneste Hemingway El 13 de enero del 2002 murió Gregorio Fuentes, en Cojimar, Cuba. Fue un pescador canario—cubano conocido por haber sido el primer oficial del Pilar, el yate del escritor norteamericano Ernest Hemingway. Su vida estuvo marcada por el mar, la migración y una profunda amistad con el célebre autor, que lo convirtió en una figura inmortal a través de su obra El viejo y el mar. Había nacido el 11 de julio de 1897, en Lanzarote, Islas Canarias, España. Nacido en el Charco de San Ginés, en Arrecife, provenía de una familia de pescadores y agricultores. A los seis años, emigró con su padre a Cuba a bordo de un velero. Sin embargo, la travesía fue trágica, ya que su padre murió durante el viaje. Gregorio se estableció en Cojímar, una aldea pesquera cercana a La Habana, donde viviría el resto de su vida y desarrollaría ...

CUENTO Entre dos pancitos

La Señora Gallina y la Señora Zorra De lo que sucedió en el monte cuando la Señora Zorra se hizo amiga de la Señora Gallina y el Señor Zorro del Señor Gallo En el bosque de antes, mejor dicho, el de antes de enantes, los animales se llevaban bien, no había problemas entre ellos, todos desayunaban, almorzaban merendaban y cenaban pastito. Cuando el león se cruzaba con la corzuela se saludaban muy bien y si el uturunco veía una perdiz, pasaba de largo. Todos comían yuyos, alfa, mistol, esas cosas. El hombre no tallaba ahí, Adán estaba del otro lado del mundo, en el Jardín del Edén, alegre por andar todo el día desnudo junto a Eva su mujer, también comiendo frutas: banana, peras, arvejas y otros vegetales. De vez en cuando iba el Viejo a visitarlos, jugaba un rato con ellos, los dejaba contentos y se mandaba a mudar. Todo estaba bien en la selva santiagueña, los grandes animales hasta trataban de no pisar las filas de hormigas, dejándolas trabajar tranquilas y los gavilanes no andaban dav...

CUENTO Quién mató al viejo Antonio

Imagen de ilustración nomás Un asesinato conmueve a la gente de un pueblo chico, hay mucha curiosidad por volver a ver a los hijos, que se marcharon hace muchos años Alguien mató al viejo Antonio de una certera cuchillada en el corazón, asestada con toda la furia. Fue una fría tarde de julio, justo el día en que el Estrella del Norte pasó por última vez por la estación. No faltaron los que calculaban que quizás el asesino ya andaba lejos, huyendo en ese tren, a la hora en que apareció el cadáver. “El matador se fue tranquilo porque sabía que no lo descubrirían”, dijeron los vecinos. Las malas lenguas también opinaron que la policía no haría mucho por descubrir al autor del crimen porque el muerto había sido mala persona. Recordaron la vez que Sofanor Jiménez, el agente de policía, un pan de Dios y uno de los vecinos más caracterizados, fue a venderle una rifa y lo sacó carpiendo: —¡Qué me vienen con sorteos ni qué niños envueltos! —dicen que dicen que le gritó desde la puerta, cuando s...

IDEA Vejez, concepto relativo

Imagen de archivo “Me salió a topar un muchacho de unos veinte años, para darme la noticia de que, quienes buscaba, hacía mucho ya eran tristes finados” “Cómo no voy a estar viejo, si mi sobrino Juan tiene un hijo hombre”. Eso le dijo esa tarde un tío abuelo a mi padre, cuando lo visitamos en el pago. Era chico de 14 años, y me pareció que era un pensamiento interesante: alguien se veía viejo por un detalle que notaba en alguien mucho más joven. También creí, esa vez, que aquellas palabras eran nuevas, estaban siendo inauguradas sobre la faz de la Tierra, algo que no era de extrañar: el mundo todavía se ponía pantalón corto y andaba en quinto grado, tal vez menos. Al tiempo, visitaba de nuevo el pago y al pasar de a caballo por el Bobadal, rumbo al norte a ver unos amigos, me detuve un rato a conversar en la casa de un hijo de aquel tío de mi tata, primo lejano. El hombre tenía visitas en la casa. Una de esas visitas, también pariente, después de saber quién era yo, dijo más o menos lo...

SURF El invisible viejo pasa como una leve brisa

Olaechea y 9 de Julio, camioneta de Vialidad de la Nación, parada más allá de la bocacalle, el miércoles “Si alguien preguntara por él, nadie sabría dar cuenta de su cara, su ropa, su peinado” A Rubén Bonet Una curiosidad, al menos en Santiago, nadie mira a los que van en bicicleta, eso que casi ninguno lleva casco y —menos que menos— se protegen de la mirada del prójimo con vidrios polarizados. Al menos si alguien va en una bicicleta normal, sin cambios, las llantas algo herrumbradas y el asiento envuelto en plásticos porque, o ya no vienen esos modelos antiguos para cambiarlo o no alcanza la plata para comprar uno nuevo. Tampoco lo reconocerán los amigos y conocidos, si es “El Viejo que va en Bicicleta, con una Gorra Modelo 1950”, estorbando el paso de automóviles, colectivos, motocicletas, monopatines o simples peatones, transeúntes llanos digamos. Quizás piensen que no tienen nada que ver con el pobre infeliz que ni siquiera tuvo dinero suficiente como para comprarse un ciclomotor....