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Mostrando las entradas etiquetadas como Verduras

LA BANDA El mercado Unión

Altos del mercado Unión, en primer plano, vendedor de juguetes Está caída una institución que otrora fue puntal de la economía bandeña, lo destrozaron las malas decisiones de unos pocos De todos los lugares que antaño eran focos de recuerdos para quienes se marchaban de La Banda, uno en especial, el mercado Unión, siempre traía gratas saudades a quienes estaban lejos del pago. Como su nombre lo indica, era el lugar físico en que se juntaban la oferta y la demanda del pueblo. También productores de los departamentos Banda, Robles y Figueroa llevaban sus frutas, sus verduras, sus artesanías, conocían de años a los puesteros, que así se proveían directamente de las huertas de los alrededores, de mandarinas a lechuga, de miel a riendas, cabezadas, aperos, de cabritos recién carneados a tamales, chorizos, morcillas, de pescado de río a ají del monte. Y otros cien productos que los puesteros entregaban directamente a sus clientes, junto con noticias de aquellos lugares: “Parece que la cosech

CUENTO Vicio oculto

Fotografía de Daniel Bolaños Qué pasa cuando un hombre decide dejar a una mujer de golpe, casi sin anuncios de lo que está por suceder Una tarde, repentinamente, decidió que no la volvería a ver. No por cansancio ni porque ella hubiera sido injusta o mala con él o por alguna grave diferencia de criterios, nada que ver. Preparó un largo discurso y ensayo la cara que pondría al responder las obvias preguntas que le haría. “¿Tienes otra?” era la más obvia de todas. Supuso que lo mejor sería mantener cara de póquer y decirle que no. No le iba a explicar que se había dado cuenta de que le gustaba otra mujer con la que apenas había salido dos veces, todavía no había pasado nada, pero ya estaban en esa etapa en que sabían en qué terminaría. Se dijo que mejor negaba todo. Si se enteraba después sería tarde para reaccionar de mala manera. Para qué andarle explicando que habían ido a tomar dos cafés en el mismo lugar al que iban los sábados. Mejor que lo sepa después, que le agarre la rabia cuan

ALIMENTOS Por qué tengo que comer acelga

De todos los días “Es tanto el asco que han desarrollado los chicos a toda comida que no sea chatarra, que está siendo todo un negocio estudiar para médico y especializarse en hígado graso” Los chicos de antes comían lo que los padres ponían en un plato sobre la mesa. Si a algún niño atrevido se le ocurría preguntar: “¿Por qué tengo que comer acelga?”, la madre respondía: “Porque lo digo yo, carajo”. Listo, qué tanto gregré para decir Greta. No existían esas excusas para estúpidos: “Algún trauma tendrá, por eso se porta así, pobrecito”. Qué pobrecito ni qué ocho cuartos. “¡Comé o te chancleteo!”, decía la vieja, y la discusión terminaba. Los chicos de ahora se ofenden, ¡ay, pequeños niños de cristal!, si no les pusieron Cocacola en la mesa, si las milanesas no están en el punto que a ellos les gusta, las papas fritas salieron medio crudas por adentro o la mayonesa no es Hellman´s. Mientras hacen la fila en la carnicería, las madres comentan: “El mío se estresa el día que no le prep