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Mostrando las entradas etiquetadas como Riendas

LA BANDA El mercado Unión

Altos del mercado Unión, en primer plano, vendedor de juguetes Está caída una institución que otrora fue puntal de la economía bandeña, lo destrozaron las malas decisiones de unos pocos De todos los lugares que antaño eran focos de recuerdos para quienes se marchaban de La Banda, uno en especial, el mercado Unión, siempre traía gratas saudades a quienes estaban lejos del pago. Como su nombre lo indica, era el lugar físico en que se juntaban la oferta y la demanda del pueblo. También productores de los departamentos Banda, Robles y Figueroa llevaban sus frutas, sus verduras, sus artesanías, conocían de años a los puesteros, que así se proveían directamente de las huertas de los alrededores, de mandarinas a lechuga, de miel a riendas, cabezadas, aperos, de cabritos recién carneados a tamales, chorizos, morcillas, de pescado de río a ají del monte. Y otros cien productos que los puesteros entregaban directamente a sus clientes, junto con noticias de aquellos lugares: “Parece que la cosech

PROMESA A caballo

De a caballo Un hombre vino montando al centro de la ciudad con un extraño designio que se revelará justo antes del final de esta nota Cuando cumplió su plan apareció en los diarios, pero no salió completa la noticia, solamente decía que un gaucho había venido al centro, de a caballo, un domingo, cuando los municipales no trabajan y no hubo quién lo ataje. Cuando llegó por primera vez, para probar nomás, tomó por el Camino de la Costa y entró al centro por la Francisco Viano, luego la Buenos Aires y llegó a la San Martín, pasando un poco la Moreno, ahí vivía. A muchos les llamó la atención, pero hubo otros que no se inmutaron, acostumbrados como estaban, en ese tiempo, a los carritos tirados por matungos. Todo había comenzado un poco antes, cuando el hombre dijo que tenía una promesa que cumplir y los amigos le avisaron que estaba loco, que era una tontería. “Por qué no gastas la plata en otra cosa o se la das a un pobre”, le aconsejó un amigo. Pero, era de esos que cuando se le pone a

CABALLOS Cómo ensilla el santiagueño

Flete santiagueño El folklore está alejado del hombre de a caballo de la provincia, que no anda chalaneando el flote para florearse ante los puebleros Los santiagueños no usan (no usaban, mejor dicho) jamás esas riendas, cabezadas, bozales y cabestros de cuero graneado que tanto les gustan a los salteños. El santiagueño monta a caballo porque necesita ir de un lado para otro, no para pavonearse ante turistas que aplauden desde la vereda. Por eso también es poco común que el santiagueño use guardapantalón de cuero curtido para ir a las casas: para qué, amigo, si no va a pechar ramas en el pueblo. El ensillado del campesino santiagueño era un aperito pobre, mejor si era de los que llaman chilenos, carona chicuela de un solo cuero, jerguillas caseras, pellones comuncitos, no muy vistosos y estribos de fierro. Había cinchas de chaguar, casi un lujo, pero con el sudor de la panza del animal se acababan pronto, también trenzadas de cuero, de suela y otras, que vendían en las talabarterías. C

FICCIONES Mitos urbanos santiagueños

Sin riendas, sujeta A continuación, las más fabulosas ficciones que circulan entre la gente de esta ciudad 1 Antes no había tanta humedad. 2 En el 8 de Abril el que no es gomero es puto. 3 Los túneles de Santiago van del teatro 25 de Mayo a la casa de los Taboada y de ahí a la plaza Libertad. 4 El Servicio Meteorológico miente. 5 Santiago no tiene riendas, pero sujeta (pero más de la mitad de los santiagueños vive en otra parte). 6 Termeño cuchillero. 7 En la Belgrano había una acequia (¡ah!, ¿es cierto che?, ¿había una acequia?, bueno tachalo entonces). 8 San Esteban es santo malo, no le cumples la promesa y te quita lo que te ha dado. 9 Choyanos orgullosos. 10 Para pertenecer hay que ir a la Roca. 11 Santiago es bueno para los asmáticos: tiene un clima seco. 12 Hugo Díaz era el segundo mejor armonicista del mundo. 13 Cuando muere uno del barrio Autonomía no lo llevan al cementerio: lo traen. 14 En Santiago se habla el mejor castellano de la Argentina (a este lo creen todos). 15 En el