Melchor, Gaspar y Baltasar "Le preguntamos al padre cómo lo llamarían, nos dijo que le pondrían Emanuel, que significa Dios con nosotros" Éramos tres, no cuatro ni siete ni doce ni veinte y llegamos siguiendo una misma estrella, aunque veníamos de distintas partes de los confines del mundo. Un día nos reunimos cerca de Jerusalén y decidimos preguntarle al rey Herodes, si era cierto que acababa de nacer un niño, que sería el Rey de los Judíos. Si hubiéramos sabido que era falsa su cortesía no habríamos acudido a verlo. Pero, lo que son las cosas, nos ayudó a encontrarlo. Dijo que, por lo que se sabía, estaba anunciado que debía ser en un pequeño pueblo y nos dio su nombre: Belén. Hacia allá fuimos los tres. En un descampado instalamos nuestras tiendas y una noche, cuando dejó de nevar, se abrió una nube y volvimos a ver la estrella. Decidimos seguirla. Hacía frío y el campo estaba silencioso. Cuando íbamos llegando a Belén, nos sorprendieron unos pastores, pues sin decirnos na
Cuaderno de notas de Santiago del Estero