Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Semáforos

HISTORIAS Semáforos coordinados

El Gran Hotel de Santiago Chito Cáceres, que supo ser taxista durante muchos años, guarda uno de los secretos más ocultos de la Madre de Ciudades Chito Cáceres era taxista cuando había pocos con esos autos negros y amarillos que según creían algunos —todos —durarían para siempre. Supo ser dueño de uno de los pequeños grandes secretos que escondía la ciudad y con el que admiraba a sus pasajeros, los dejaba con la boca abierta de la sorpresa. Cuando pasaron los años, como tantas cosas, perdió importancia aquel oculto saber que escondía quién sabe dónde. Pero, hay que ir por partes para entender cómo era la cosa. Hubo un tiempo en que los semáforos de Santiago comenzaban en la Alsina y terminaban en la Rivadavia. Los sincronizaron para que, de cualquiera de los dos lados, hubiera una onda verde, que duraba, con viento a favor, sin tránsito y una buena acelerada de un Torino, digamos, tres esquinas justitas. Después había que esperar de nuevo. Cuando se preguntaba por qué no estaban coordi

NOTA Contra las lomadas

Lomada Por qué no hay carteles recordando las buenas maneras o, mejor dicho, por qué en ciertos casos se necesita el impedimento para obligar a algo Tal vez una de las pruebas más patentes de la desconfianza entre la gente sea la llave, el minúsculo aparato que protege la casa de los unos contra la avidez de los otros. Si usted confiara tanto en sus vecinos como dice, dejaría las puertas abiertas todo el año. Lo que no se sabe muy bien es si los ladrones entran a robar las casas porque son ladrones nomás o por que les da curiosidad y les despierta la codicia los supuestos tesoros que tiene quien deja su casa con llave. Porque, digámoslo, si usted no tuviera nada de valor dentro de su casa, para qué asegurar la puerta. O, como decía un amigo que tenía un auto que se caía a pedazos de tan viejo y que estaba: “Si me lo roban me hacen un favor”. Y no hay en las calles ningún cartel que diga: “No haga pedazos la cerradura ni trepe por la tapia para robar a su vecino”. Se lo da por hecho. Al

1914 ALMANAQUE MUNDIAL Semáforo

Semáforo manual El 5 de agosto de 1914, en Cléveland, Estados Unidos, se instala el primer semáforo para tránsito urbano para evitar embotellamientos y accidentes El 5 de agosto de 1914, en Cléveland, Estados Unidos, fue instalado el primer semáforo para tránsito urbano. En ese entonces, las calles estaban llenas de peatones, caballos, carretas, tranvías y automóviles, lo que provocaba embotellamientos y numerosos accidentes. Los semáforos eléctricos aparecieron por primera vez cuando la American Traffic Signal Company instaló uno en la esquina de E. 105th Street y Euclid Avenue. Diseñado por James Hoge, tenía solo dos colores, rojo y verde, con las palabras "detener" y "mover". El director de seguridad, Alfred Benesch, probó las nuevas señales en agosto de 1914. Las señales se “colocaron a cuatro metros y medio del suelo en el extremo de crucetas en postes en las cuatro esquinas de la intersección de estas calles con luces que parpadeaban en rojo o verde. A medida