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Mostrando las entradas etiquetadas como Rezos

TIEMPOS La muerte venía marchando

Carroza fúnebre (foto archivo) Los velorios de antes, sus costumbres, sus ritos, el luto, las carrozas, la viuda, los chistes y cuentos, el tarjetero y, por supuesto, el folklore En aquellos tiempos (in illo tempore), uno se enteraba de que en una casa había un finado porque en la puerta instalaban un tarjetero con una lapicera para que cada uno fuera poniendo su nombre y dejando constancia de que había estado. Una tarde cualquiera, a medida que iba llegando, se alarmaba: —Ahí vive Albertito, ¿será él? —pensaba. Cuando estaba ahí, desde la entrada nomás averiguaba: —Pero, ¿qué ha pasado? Alguien, con voz resignada, le informaba: —Se nos fue Alberto. Preguntaba entones: —¿Albertito? —No, el papá, don Cacho. Mis padres alquilaban una casa, que se conserva tal cual, en el barrio San Martín, de La Banda, Belgrano 1357. Entre los borrosos recuerdos de la infancia, una tarde vi pasar la carroza de la pompa fúnebre, tirada por al menos cuatro caballos y un señor vestido de negro en lo alto de

ROSARIOS El petróleo de Santiago

El templo de Mailín “El gobierno y los buitres que revoloteaban a la vuelta, se entusiasmaban con el petróleo, consultaban los libros de viejos gurúes mentirosos” En las picadas la vista se va lejos, llega hasta donde la hendidura del bosque es una fina línea que une la tierra con el cielo. En medio de esa lejanía, algo se mueve, muy pequeño recortado contra el horizonte, serpenteando en un camino de sulkys que se hizo sobre la picada de YPF, cuando andaba haciendo temblar la tierra a explosiones, para ver si había petróleo debajo de Santiago. Y no había. Todavía recuerdan en el pago las rogativas, las misas, los Rosarios que debía el Cielo por haberle pedido c on ganas que hubiera petróleo en una excavación que hicieron en Mailín. Todos rezaban, los ministros, los subsecretarios, el Obispo, los curas, los laicos y los fieles, los que creían y los que no. Y el Gobernador, por supuesto, nacido en Mailín, que por esos días se dio una vuelta a ver cómo iban los trabajos, ponchito al homb