Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Viajero

IDEAS Un mundo de mediocridad

Rosario (imagen de archivo) La vulgaridad de pensamientos que no han pasado por el tamiz de la inteligencia, dicho en pocas palabras —Joven, cuál es su sentir —pregunta el viejo. —¿Mi sentir? —Eso le estoy preguntando, en qué va a gastar su vida —vuelve a indagar. El muchacho ensaya una respuesta cualquiera, la primera obviedad que se le viene a la cabeza: —La verdad, no sé todavía. Es Santiago, ha pasado mucho tiempo desde ese entonces, cuando tenía catorce años y se le hacía que el tiempo del mundo andaba por delante de él. El hombre aquel andaría por sus 40. Al muchacho se le ocurría una edad a la que llegaría luego de dos o tres vidas. Ese sentir era un mandato, no una pregunta, porque a algunos les daba vergüenza ajena preguntar a un chango con las piernas peludas ya, qué iba a ser cuando fuera grande, como si fuera un niño. Se trataba de tener una idea con alguna fuerza para imponer cualquier pensamiento, no importaba cuál: enseñar una religión en la que sus fieles se salvarían a

ESPANTOS Sombra de sombras

Imagen de ilustración Por qué se fueron retirando de los campos y no dan tanto miedo como antes Yo era esa sombra repentina que se aparecía a los jinetes, al camionero, al viajero nocturno, una premonición incierta en medio del camino. Quizás el chofer le averiguaba al compañero: “¿Has visto eso?”, y el otro, medio dormido o distraído, respondía: “No, ¿qué?” Pero ya estaba lejos y por más que se apeaban a buscarme, no me hallarían. Un espanto menor era, entre tantos que habitaban los viejos bosques santiagueños. Imagínese, estaban la alma mula, la mujer de blanco, la mula maldita, la Madre del Monte, el famoso Sacháyoj y otros cientos, solo conocidos en comarcas pequeñas, algunos tan terribles que volvían locos a quienes intentaban enfrentarlos. Yo no era más que un fantasma menor, un personaje de reparto, el tipo que toma café detrás de los protagonistas en la película. Un don Nadie, en una palabra. Tal vez por eso duré hasta el final y cuando todos los demás se fueron para siempre, q