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Mostrando las entradas etiquetadas como Sueldo

ESTIPENDIO Sueldo, dieta, honorario

Asamblea constituyente francesa La sabiduría de quienes redactaron la Constitución Nacional y de algunas provincias, que tenían una idea clara de lo que querían El presidente de la Unión Cívica Radical, partido prestigioso si los hay, un tal Martín Lousteau, ha dicho hace unos días: “No me parece bien que el sueldo de un senador sea el inicial de un cajero de un banco”. Es una declaración que en otro momento de la Argentina hubiera suscitado un repudio generalizado, pero, dado el estado general de la educación, pasa desapercibido. Esta nota intentará explicar a ese Lousteau, de qué va la cosa. Los senadores, diputados, concejales no tienen sueldo, tienen una dieta. Que es, según una de las acepciones del Diccionario de la Real Academia Española de Letras, el honorario que un juez u otro funcionario devenga cada día mientras dura la comisión que se le confía fuera de su residencia oficial. Al estar lejos de su lugar de residencia habitual, es lógico que cada diputado cobre un estipendio

1820 CALENDARIO NACIONAL República Federal del Tucumán

Bernabé Aráoz El 22 de marzo de 1820 Bernabé Aráoz proclamó la República Federal del Tucumán y se proclamó Presidente Supremo con un generoso sueldo El 22 de marzo de 1820 Bernabé Aráoz proclamó la República Federal del Tucumán, se proclamó Presidente Supremo, logró que los representantes del Congreso Soberano que redactaba la constitución, sancionaran con fuerza de ley esa declaración y el mismo Congreso se reservó el título de Alteza. Asumió el 19 de mayo de 1820, con un sueldo anual de 4.000 pesos, un 20 por ciento del presupuesto de la naciente República. E nuevo estado semiindependiente estuvo formado por las actuales provincias de Tucumán, Catamarca y Santiago del Estero, que eran parte de la Gobernación de San Miguel de Tucumán y duró menos de un año, de setiembre de 1820 hasta agosto de 1821 y fue lacausa principal de la declaración de autonomía de Santiago y Catamarca. Se debe aclarar que el nombre de República significaba en aquel tiempo lo mismo que hoy se entiende como &quo

¿RELIGIÓN? Pecados que claman al Cielo

Trabajador informal “No explotarás al jornalero pobre y necesitado, ya sea uno de tus compatriotas, o un extranjero” Dicen los que saben teología, que de todos los pecados hay cuatro que claman al Cielo y que serán pagados en esta vida por quienes los cometen: el homicidio voluntario, el pecado impuro contra el orden de la naturaleza, la opresión del pobre y la defraudación o retención injusta del jornal, del trabajador. El homicidio voluntario clama al Cielo desde Abel, es la muerte de otra persona motivada por la envidia. El segundo es la sodomía o pecado de inversión sexual que se opone directamente a la propagación de la especie. El tercero, la opresión del pobre se da cuando se abusa de la condición de pobre e impotente de quienes no tienen cómo defenderse y en la actualidad argentina podrían ser los jubilados. El último es la injusticia contra el asalariado, ya sea retrasándole el pago, disminuyéndolo o despidiéndolo sin causa. Vamos a ocuparnos aquí solamente del último de los

DIÁLOGOS PLATÓNICOS Los malos empleados

Un buen obrero es el bien pagado En este cuento se plantea una situación que quizás sea la misma en otros rubros de la vida laboral Esa mañana de sábado, justo en el momento que Cacho Gómez llega al Barquito hay una bonita conversación, de esas que le gustan. Arrima una silla a la mesa en el momento que Albertito dice: —No puedo conseguir un buen empleado para el negocio de venta de ropa que tengo en la galería Miguelito. Uno le pregunta: —¿Has buscado bien?, mirá que hay mucha gente sin trabajo en este momento. —¡Se presenta cada uno! La vez pasada vino uno que el segundo día me pidió un adelanto, decía que la madre estaba enferma. Le di unos pesos, apareció a los dos días y cuando le quise reclamar, se mandó a mudar. Todos quedan callados, algunos miran para el lado de Cacho Gómez, que está como si no estuviera, observando el techo. Aprovecha Jorgito y le pregunta a Albertito: —¿Y esa señora que trabajaba para vos, qué se ha hecho? —Uf, se ha ido. Doña Maga se llamaba… —… ¿ha renun