Bernabé Aráoz |
El 22 de marzo de 1820 Bernabé Aráoz proclamó la República Federal del Tucumán y se proclamó Presidente Supremo con un generoso sueldo
El 22 de marzo de 1820 Bernabé Aráoz proclamó la República Federal del Tucumán, se proclamó Presidente Supremo, logró que los representantes del Congreso Soberano que redactaba la constitución, sancionaran con fuerza de ley esa declaración y el mismo Congreso se reservó el título de Alteza. Asumió el 19 de mayo de 1820, con un sueldo anual de 4.000 pesos, un 20 por ciento del presupuesto de la naciente República.E nuevo estado semiindependiente estuvo formado por las actuales provincias de Tucumán, Catamarca y Santiago del Estero, que eran parte de la Gobernación de San Miguel de Tucumán y duró menos de un año, de setiembre de 1820 hasta agosto de 1821 y fue lacausa principal de la declaración de autonomía de Santiago y Catamarca.Se debe aclarar que el nombre de República significaba en aquel tiempo lo mismo que hoy se entiende como "Estado", en su sentido local o nacional, indistintamente. Pero al usar esa palabra, se quiso mostrar que Tucumán había dejado de ser una dependencia del gobierno central, para formar un Estado con las demás provincias.
En 1819 las Provincias Unidas del Río de la Plata, se rebelaban contra el sistema unitario que quería imponer Buenos Aires.Mientras, un remanente del Ejército del Norte que estaba en Tucumán al mando de Domingo Arévalo, con tres compañías de Dragones, bajo las órdenes de Felipe Heredia, Abraham González y Manuel Cainzo, se sublevaron el 11 de noviembre de 1819. Fueron puestos presos el gobernador intendente Feliciano de la Mota Botello, Arévalo y Manuel Belgrano, ya enfermo.
Tres días después, un cabildo abierto nombró gobernador a Bernabé Aráoz, que desconoció la autoridad del Directorio. No era “...la primera chispa del incendio que cundió luego por toda la República”, como escribió José María Paz, pues todo el Litoral ya desconocía la autoridad del Directorio y del Congreso, la Banda Oriental, parte de las Provincias Unidas, estaba casi completamente ocupada por los portugueses, y Salta seguía sola su guerra contra los realistas del Alto Perú.
Lo de Tucumán fue una chispa que contribuyó al incendio, pero cayó al último: sólo faltaban el motín de Arequito, la Batalla de Cepeda y la sublevación de Mariano Mendizábal en San Juan para destruir completamente el Directorio. Y todas se cumplieron en menos de tres meses.
Al proclamarse la Provincia del Tucumán, eligieron una representación de la Provincia Federal del Tucumán para sancionar una constitución, con dos diputados por Catamarca y dos por Tucumán, los dos santiagueños no fueron elegidos.
La Constitución para la República del Tucumán fue sancionada el 6 de septiembre de 1820 y jurada solemnemente el 20 de septiembre. Esa constitución creó una Corte Primera de Justicia y abolió el Cabildo. Fue creada una moneda nacional y una bandera, y se concedieron altos cargos militares a miembros del Ejército de la República.
Los santiagueños no aceptaron semejante atropello y, unos pocos días después, el 27 de abril, declararon la autonomía de semejante esperpento que pretendían propinarle los tucumanos. Después de declarada la autonomía y dos o tres batallas en las que sacaron carpiendo a los vecinos y cuando reconocieron que esto no era una mera parte de aquello, se volvieron a amigar. Pero la Declaración de la Autonomía de Santiago es otra historia.
©Juan Manuel Aragón
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