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Mostrando las entradas etiquetadas como Zorro

ANIMALES La biblioteca y la televisión

El zorro y sus libros A continuación, una explicación sobre las posibles causas que llevaron a la destrucción del bosque Eran cosa seria las bibliotecas del pago, cuando estaba repleto de animales. Mi mamá sabía decir: “Si quieres conocer cómo es una familia, pedí permiso, vete al baño y observalo, pero si quieres saber cómo piensa, mirá su biblioteca”. En la casa de los leones había libros que explicaban cómo cazar corzuelas, terneros, potrillos, cabras. En la casa de las corzuelas no faltaba el ejemplar del famoso texto “Yo escapé del león y le cuento cómo hice”. Tampoco faltaban la Historia Argentina de José María Rosa, diccionarios, una o dos enciclopedias, novelas, revistas y hasta colecciones de Selecciones del Reader Digest, según los particulares gustos de los dueños de casa. A cualquiera le bastaba un golpe de vista para darse cuenta de los pensamientos literarios, políticos, sociales, económicos del padre de familia. Nunca necesité ir al baño. Eso que mi madre decía que no e

CRÓNICA La venganza del chelco

Yacaré hallado en un río tucumano Cómo hizo el “Liolaemus chacoensis” para desquitarse de los desaires que le hicieron todos los animales del bosque “La presencia de yacarés en los sitios pesqueros dejó de ser un mito. Deportistas filmaron un video de un ejemplar nadando en una laguna en Termas de Río Hondo, mientras que otro hizo circular una fotografía de un animal que fue sacrificado en el río Salado.” Nuevo Diario, edición digital del 26 de julio del 2016. Quizás porque me había vuelto invisible detrás de mi color tierra o tal vez porque siempre he sido callado, vuelta a vuelta los demás animales se olvidaban de invitarme a sus acontecimientos sociales. Cuando se casó la Chuña fui uno de los que la fueron a saludar en el atrio del templo de Santo Domingo, de Urquiza y 25 de Mayo, pero no fui a la recepción que ofreció. En la fiesta que dio el Tigre cuando se recibió de profesor de Historia tampoco estuve y, por lo que sé, nadie me extrañó. La señora Lagartija, mi prima hermana ni s

LEYENDA La hormiga y el elefante

La hormiga y el elefante Aquí se revela cómo comenzó el amor entre el paquidermo africano y la tierna hormiguita santiagueña y de qué manera se originaron los cuentos que circulan de boca en boca Un día llegó el circo al bosque santiagueño, tenía un mono equilibrista, varios feroces leones, tigres de bengala que pasaban por el aro de fuego, loros que recitaban poesías de Quevedo, un zorro que hacía trucos de magia y decenas de otros atractivos. Entre ellos, el número más famoso era el del elefante bailarín. Fue toda una novedad de la que se habló durante varios años en el pago. Sobre todo, por el elefante. La corzuela lo describió como un bicho con nariz larguísima, orejas como lata pizzera y tan grande como una casa o dos. Aunque usted no lo crea, fue entonces que nacieron varios cuentos que transitan los fogones anochecidos, en versiones que cambian de tiempo en tiempo, dan vueltas por los asados, entre los chunchulis y la guitarreada y vuelven en otro asado, levemente cambiados o t

CUENTOS La rubiala y la Telesita

La del cuento es la pícara que está de espaldas Dos historias que sabía contar Matías, antes de que apareciera la televisión por el pago y lo echara todo a perder Matías sabía historias que ya no se cuentan en el pago desde que entró la televisión, mucho menos desde que todos tienen un telefonito encargado de dirigirles la vida. Hasta doña Eulalia, que pasa de los 80 largos, cada vez que la visitan los bisnietos toma una selfie, manda un guasáp al almacén para que le manden medio de grasa que le hace falta para la tortilla, esas tonteras. Contaba cuentos viejos Matías, algunos muy conocidos, otros no tanto, pero todos divertidos, sobre todo en esas mañanas de lluvia, cuando no había nada que hacer, más que matear y mirar el agua corriendo entre el corredor y la pirhua. El de la rubiala era uno de los más bonitos. Es un pájaro que en otras partes le dicen chajca, guira—guira, cuco guira, serere, machilo, piririta. Es bonito y suele vérselo cerca de los cercos de rama y tiene un vuelo qu

DELINCUENCIA Apología de un ladrón

Gallinas en el árbol “Dicen los que saben, que en las leyes del hampa este oficio figura en el último peldaño de la escala social” El ladrón de gallina es un humilde trabajador nocturno. Es posible robarlas de día en un descuido de las amas de casa, pero es más fácil ampararse en las sombras de la noche luego de haber estudiado convenientemente el árbol al que trepa el ave para dormir, atraparla de un solo manotón, ponerla en una bolsa y huir raudamente con ella bajo el brazo. Algunos disimulan y silban bajito, por las dudas. Dicen los que saben, que en las leyes del hampa este oficio figura en el último peldaño de la escala social, debajo incluso de la del soguero, quien —como su nombre deja traslucir— es el que hurta ropa tendida en el alambre del fondo de las casas, en la soga, báh. De vez en cuando el soguero se apodera de un caro par de zapatillas, una camisa o un pantalón de marca o, aunque más no fuere, el corpiño de una de las bellezas del barrio, que luego obsequiará a su novi