Cerros de Calilegua Una relación destinada a terminar alguna vez, pero que antes pasó por experiencias memorables, como un viaje a Jujuy Fue lo mejor que me sucedió en la vida, elegante, siempre lista, me acompañó en todos los viajes; tuvimos experiencias memorables. Nunca se borrará de mi memoria aquella expedición que hicimos en motocicleta a los cerros jujeños, periplo maravilloso y único. Bastaba que la tuviera entre mis manos, para que respondiera a mis exigencias, una por una, sin fallarme nunca. A cada rato hacíamos lo nuestro, luego ella volvía a su mundo y yo ponía cara de aquí no ha pasado nada. Si la necesitaba siempre estaba ahí, presta, segura, enfocada en la relación. Fueron varios días recorriendo lugares plagados de paisajes maravillosos, inusitados. Estuvimos en el otro Jujuy, no en los pueblos de cerros pelados y turistas gritones, puro cardón, piedra y silencio, sino en el otro, el de Calilegua, con su bosque siempre verde, aves tropicales, monos, yaguaretés, arroyos
Cuaderno de notas de Santiago del Estero