Ahora canta un quejido triste Teoría y práctica de un conquistador serial o patológico, o cómo se hacía de mujeres un pájaro atrevido Todo lo que cuentan de mí es pura mentira. Dicen que el Crespín esto, que el Crespín aquello, que el Crespín lo de más allá. Lo enseñan en las clases de folklore y todo, pero se lo digo yo, que soy el interesado, es puro macaneo para darse de qué en las academias, cuando enseñan a bailar chacareras, zambas, esas cosas. Así como me ve, en un tiempo era el más querendón de los pájaros del bosque, el que más veces se enamoraba, el pata i´lana más famoso. El más minudito, báh. Hacía estragos entre las catitas, las chuñas, las charatas y alguna vez hasta me le animé a una gallina. No le voy a decir qué me veían, porque si le digo, le miento, pero donde ponía el ojo, ponía la bala. Los conquistadores somos una rara especie, no nos gusta ninguna y nos gustan todas, actuamos con ellas como si las odiáramos, al mismo tiempo que las halagamos con palabritas de am
Cuaderno de notas de Santiago del Estero