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Mostrando las entradas etiquetadas como Porteños

PAGO Cuando vuelven los porteños

Las riñas entre los gauchos La vez que uno de ellos pegó un grito en una riña en la casa del Fiero Alfonso, siempre es recordada por los paisanos Les decíamos porteños, pero eran nacidos al lado del chiquero de las cabras y criados a mate cocido y tortilla, igual que nosotros. Se habían ido a Buenos Aires a trabajar y al cabo de un tiempito nomás, regresaban aporteñados, hablando de “acá”, decían “sha voy”, “vos qué te creés”. Aprovechábamos para exagerar: “Afuera shueve que te shueve, adentro que ni gotia, vistes”, “sho no iré, porque sho sha juí”. Nos burlábamos de esa chica que volvió después de un año y preguntó: “Má, ¿qué es esa frutita que chilla?”. “¿Cuál hija?”. “Esa que está ashá”. “Eh, chica, eso es un coyuyo”. “¿Me cortás uno?”. Volvían con sus enormes grabadores al hombro, pantalón colorado, camisa azul brillante, zapatillas que nunca se habían visto en el pago y anteojos oscuros, porque ahora, ¡mirá vos!, el sol les molestaba en los ojos. Algunas chicas estaban más lindas

CALENDARIO NACIONAL Fusilan a Dorrego

Fue un héroe de la Independencia En 1828 fue muerto Dorrego por orden de Juan Lavalle, a su vez instigado por doctores unitarios porteños. Breve relato de lo que sucedió El 13 de diciembre de 1828 Manuel Dorrego fue fusilado por orden de Juan Lavalle, luego de su derrota en la batalla de Navarro. Fue uno de los acontecimientos más inicuos de la historia argentina, cuando el fervoroso odio y crueldad de los unitarios se mostró en toda su extensión. Dorrego era un tribuno, periodista y guerrero de la independencia. Había nacido en Buenos Aires el 11 de junio de 1787 y lo bautizaron como Manuel Críspulo Bernabé. Sus padres fueron José Antonio Dorrego, portugués, y María de la Asunción Salas, porteña. Estudió gramática, filosofía y teología en el Colegio de San Carlos. Era un excelente latinista. El 1 de diciembre de aquel año, Lavalle lideró un golpe contra Dorrego, gobernador bonaerense, que salió a enfrentarlo en Navarro, pero fue derrotado y lo hicieron prisionero. Instigado entre otr

30 DE AGOSTO Día de los Ferrocarriles Argentinos

La primera máquina de la Argentina En esta fecha de 1857 se inauguró la primera línea férrea en el país, con la locomotora “La Porteña” El 30 de agosto es el Día de los Ferrocarriles Argentinos. La fecha recuerda que este día de 1857 se inauguró la primera línea de ferrocarriles en la Argentina que iba desde la plaza Lavalle hasta la estación La Floresta de Buenos Aires. La locomotora llegada de Londres fue bautizada “La Porteña”. Es locomotora había sido usada en la guerra de Crimea y fue fabricada en 1854. Guio el primer convoy de la Argentina, el que luego se llamó Ferrocarril Oeste de Buenos Aires y en la actualidad es el Ferrocarril Sarmiento. Actualmente descansa en el Museo del transporte de Luján. Con la máquina, llegaron los hermanos Juan y Thomas Allen, sus conductores, junto a Guillermo Broggi, ingeniero y encargado de supervisar a los más de ciento cincuenta ingleses que vinieron para instalar las vías. La máquina no fue propiamente argentina sino solamente porteña, pues en

RASGOS Cuando descubrí la tilinguería de los argentinos

La Casa Rosada, sede del poder Un viaje a Buenos Aires me hizo ver una característica común a todos, en este país La primera vez que oí la palabra fue en Buenos Aires, en la década del 90, pero quizás fuera más vieja y no le había prestado atención. Estaba haciendo antesala, un viernes a la tarde, en la Casa Rosada, para verlo a Félix Juan Borgonovo, funcionario de Carlos Menem, por encargo de Torito Barrionuevo y los empleados al despedirse, se decían: “Buen finde”. Ese viaje tuvo su miga, no vaya a creer, aunque siempre aprendo mucho cuando voy a Buenos Aires, lo que ocurre cada muerte de Obispo, y la yapa. Torito se iba a presentar de candidato en unas elecciones en Santiago y quería saber si contaba con los morlacos del otario. Es decir, quería saber si Borgonovo hablaría con alguien con unos mangos para encarar la campaña. Alguien, en este caso, era Menem. No sé cómo, pero me dejaron entrar a la Casa Rosada y me indicaron por dónde tenía que ir. Me hice el confundido y agarré para