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Mostrando las entradas etiquetadas como Presencia

1774 ALMANAQUE MUNDIAL Santa Elizabeth

Santa Elizabeth Ann Seton El 28 de agosto de 1774 nace santa Elizabeth Ann Ann Seton, primera norteamericana en ser canonizada por la Iglesia Católica y fundadora de las Hermanas de la Caridad El 28 de agosto de 1774 nació santa Elizabeth Ann Ann Seton, de soltera Elizabeth Ann Bayley, en Nueva York. Fue la primera nativa, nacida en Estados Unidos, en ser canonizada por la Iglesia Católica. Fue la fundadora de las Hermanas de la Caridad, la primera sociedad religiosa norteamericana. Fue una de las dos hijas de una prominente familia episcopal. Perdió a su madre a la edad de tres años y se apegó a su padre médico. Hablaba con fluidez en francés, oía buena música y era amazona consumada, creció y se convirtió en una invitada popular en fiestas y bailes. Mucho tiempo después, ella escribió que todo esto era bastante inofensivo, excepto por las distracciones en las oraciones nocturnas y la molestia de preocuparse por los vestidos. No es de extrañar que el joven William Seton se enamorara d

CUENTO Fúnebre presencia

Aguaitándome “En ocasiones la luna hace miles de preguntas sobre las tinieblas que se proyectan sobre la tapia de atrás” Cuando el verano empieza a hacer la noche más temprano, suelo tener un poco de aprensión si debo ir al patio, ya sea a levantar la ropa, a entrar la pala que dejé afuera o a poner el plástico negro con el que protejo el limonero de la helada. Creo que algo me está mirando desde adentro del galponcito del fondo o desde el rincón opaco que acude a hacer una sombra desde el irregular techo del vecino. Si mi mujer me pide que cierre la persiana y la ventana, antes de dormir, no quiero ni mirar afuera, se me hace que, desde el patio, oculto y nebuloso, me observa paciente, esperando quién sabe qué para darse a conocer. Vivo en esta casa desde siempre, aquí jugué de chico, en la sala, al lado de la cocina, velaron primero a mis abuelos, luego a mis padres y supongo que algún día me llorarán a mí. A nadie he contado este vago temor que me sube por las venas cada vez que rec