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Mostrando las entradas etiquetadas como Suceso

CUENTO Lo que le pasó al Negrito

Buenos Aires de nochecita “Recuerdo que pensaba dormir todo el camino y no paró de parlotear desde que salimos de la Terminal vieja…” Jamás he contado aquello que le sucedió al Negrito Gutiérrez la vez que fuimos a Buenos Aires, por pudor ajeno más que nada. Porque los amigos, si uno dice que son amigos verdaderos, de esos que regala la vida muy de vez en cuando, no se traicionan nunca. Andar contando sus secretos es cosa de maricones, eso no se hace. Le digo, aunque nunca me pidió que me quedara callado, hay códigos que se respetan a muerte. En ese tiempo éramos jóvenes, teníamos la vida por delante y fuimos a la gran ciudad, él a buscar trabajo y yo tras las huellas de un imposible amor que, le adelanto desde ya, me dio el olivo, es decir que me dijo chau, chau adiós el primer día que llegué. La mocedad tiene esas cosas, uno es capaz de viajar miles de kilómetros para ver, tocar, oler, algo que quizás tiene a la mano a la vuelta de la casa, no sé. Pero se hace ilusiones con lo que lo...

SORPRESA Un mal silencioso

Una desgracia cuando pasa Es algo que viene cuando menos se lo espera, en un instante todo se desinfla y queda yerto, vacío, un guiñapo de pensamientos perdidos Es un mal silencioso, no da tiempo a nada, cuando llega, todo desaparece repentinamente. No se hace anunciar, no da ni una mínima posibilidad de anticipación. Luego todos son lamentaciones, llantos, quejas por lo que no se vio venir. Ha pasado tantas veces en ocasiones tan distintas que quien diga que lo presintió, miente. A todos les puede pasar. De repente, ¡pum!, el mundo es negrura, silencio en medio de la sordina de las cosas que dejan de ser. No importa cuánto de meticuloso seas para intentar una prevención, no la hay, no te dará tiempo. Siempre te va a ganar. Se desinflará la vida, se irá la luz, huirán los pájaros que habitaban tus pensamientos. Y quedarás yerto, vacío, un guiñapo perdido, sin posible resistencia ante lo inevitablemente irrevocable. Te dirás entonces que, si podía suceder, era de esperarse que fuera en ...